Aunque sus ojos ya están puestos en la Secretaría de Gobernación, este martes la titular de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, acudió puntual a la conferencia mañanera llevando bajo el brazo sus inverosímiles gráficas, esas que dicen que “el índice delictivo va sustancialmente a la baja en comparación con administraciones anteriores”, a pesar de que este sexenio es considerado el más violento de la historia.
Y como siempre, echó a volar sus números alegres. “En relación con los delitos del fuero federal tenemos una reducción del 24 por ciento… en cuanto al homicidio doloso hay una disminución de 18 por ciento en comparación con 2018. Y una disminución de homicidios del 15.3 por ciento en 50 municipios peligrosos”.
Y agregó presumida que el delito de robo disminuyó en un 34.8 por ciento en comparación con el inicio de esta administración. El robo de vehículo se redujo en un 50.3 por ciento. El feminicidio bajó en un 35.6 por ciento respecto a diciembre del 2018 y el secuestro disminuyó un 67 por ciento de enero del 2019 a junio de este año.
“Si los datos de esas gráficas fueran ciertos, estaríamos mejor que Canadá, Francia, Italia y España. Y no es cotorreo”, comentó alguien en una estación radial.
Pero faltaba el bombazo mediático. Según Rosa Icela, el robo de hidrocarburos o huachicoleo se redujo en un 94.2 por ciento. “Y esto le ha ahorrado a la nación 337 mil 730 millones de pesos que son utilizados en obras, programas y demás”.
Caray qué bonito.
Lo que uno no se explica es la reducción de homicidios cuando el año anterior se cometieron en promedio 81 diarios, este año el porcentaje aumentó a 87 y en todo el mes de junio se cometieron un promedio de 91 asesinatos al día.
Tampoco se explica esa supuesta reducción, cuando del 1 de diciembre del 2018 hasta ayer se registraron 191 mil 67 homicidios dolosos, la cifra sube todos los días y nunca ha bajado de dos dígitos.
¿Que se redujeron los feminicidios en un 35.6 por ciento? Seguramente sí, pero no en México. ¿De dónde sacó la señora ese porcentaje cuando en 2022 se cometía en promedio un feminicidio cada dos días y en lo que va de este año se cometen dos cada 24 horas?
Lo del huachicol fue una mentira más allá de toda proporción que retrata el cinismo con el que Andrés Manuel y su gente han manejado sus cifras.
De acuerdo con datos de PEMEX, son 62 mil 441 las tomas clandestinas contabilizadas en este sexenio. Es decir, un 117 por ciento más que en la administración de Enrique Peña donde se registraron 28 mil 835. Y el robo de combustible ha crecido en un 314 por ciento en comparación con el gobierno anterior.
¿Entonces?
¿Quién le dijo a doña Rosa para que se lo creyera, que los huachicoleros se conforman ahora con robarse sólo el 5.8 por ciento de los hidrocarburos que se carranceaban desde antes de que la 4T llegara al poder?
El general Luis Rodríguez Bucio, subsecretario de la SSPC también le entró a la danza de números distorsionados. Según sus cuentas han sido asesinados 20 periodistas en este sexenio.
Pero esos números no empatan con los de Reporteros sin Fronteras que tiene registrados hasta abril de este año (con nombres, apellidos, fecha y lugar de su ejecución) a 37 periodistas asesinados. También tiene documentados a cinco desaparecidos.
Y menos empatan con el informe presentado ayer por la organización Artículo 19, donde se destaca que en lo que va del sexenio se han documentado 3 mil 408 agresiones contra periodistas. Es decir, una agresión cada 14 horas en promedio, lo que representa un 62 por ciento de aumento en comparación con el sexenio de Peña Nieto.
En noviembre anterior, Artículo 19 contabilizó a 43 periodistas asesinados en esta administración; seis más que Reporteros sin Fronteras. Pero cualquiera que sea la cantidad, es un mundo de comunicadores privados de la vida por ejercer el oficio de informar.
En síntesis, este gobierno mandó al diablo la seguridad de los mexicanos y dejó que los delincuentes los mataran a mansalva. Y en el caso de los periodistas, fue el propio Andrés Manuel quien los humilló, denostó y atacó con toda la fuerza del Estado. Y su ejemplo cundió ya que de los 3 mil 408 periodistas agredidos, dos de cada tres han sido atacados por políticos.
Lo bueno es que ya se van, dicen los optimistas. Y es verdad, pero no se irán del todo. Si bien es cierto que el principal responsable de esta tragedia se irá a su rancho a prepararse para que la historia lo acomode junto a Juárez, Madero y Cárdenas, quienes lo ayudaron a convertir a México en una pesadilla de inseguridad y violencia; quienes aplaudieron sus locuras como el AFIFA, el Tren Maya, Dos Bocas y la Súper Farmacia y lo ayudaron a desaparecer los contrapesos: quienes hicieron más corrupto a este país, serán enquistados en secretarías, senadurías, diputaciones y gubernaturas.
Esto confirma que no hay nada nuevo bajo el sol lector; todo sigue igual que antes, sin cambiar un ápice.
¿Igual que en los tiempos del PRI? Casi.
Pero para hacer más justos, igual que en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
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