El PRI enfrentará en 2025 las elecciones locales de Veracruz en el peor escenario posible: división interna; rechazo social y mala imagen pública; falta de cuadros y una dirigencia de papel, inoperante y sin peso.

Si en el contexto nacional hay rechazo a la intención del presidente del CEN, Alejandro Moreno Cárdenas, de mantenerse en dicho cargo por otros ocho años, en el ámbito estatal la dirigencia de Adolfo Ramírez Arana no despierta ni eso.

En 2021, bajo la dirigencia estatal de Marlon Ramírez Marín, parecía que el tricolor tocaba fondo: en la elección para diputados locales únicamente consiguió 348 mil votos y obtuvo cuatro distritos en alianza con PAN y PRD.

En tanto, en el proceso para la renovación de ayuntamientos la votación priista se ubicó 382 mil, con sólo 22 victorias en solitario, y 21 más en coalición con panistas y perredistas.

En 2024, también en el proceso local electoral, pero bajo la dirigencia de Adolfo Ramírez Arana, el PRI cosechó poco más de 307 mil votos; es decir, entre una elección y otra perdió 40 mil votos, cerca del 12 por ciento.

Peor aún, el partido sólo ganó uno de los 30 distritos locales en disputa.
En la más reciente elección, el peso electoral del tricolor cayó a su nivel más bajo de su historia, al representar únicamente el 9 por ciento de la votación total.

Ese franco declive se complicará aún más de cara a las elecciones municipales de 2025, sobre todo porque es muy probable que PRI y PAN no mantengan su alianza, en tanto que el otro aliado, PRD, no participará al perder su registro como partido político nacional y estatal.

Al interior de Acción Nacional han surgido voces en el sentido de que con el PRI, ni a la esquina; y que la coalición debe quedar en el pasado, como parte de un experimento fracasado.
Por otro lado, Damián Zepeda, aspirante a encabezar el CEN del partido, calificó como un error histórico la alianza con Acción Nacional.

Ante dicho escenario, lo más probable es que PAN y PRI decidan ir por su cuenta, sin coalición, a la contienda de 2025; con un resultado que se puede prever desde ahora: la derrota en la mayoría de los municipios veracruzanos.

¿Podrá el PRI resurgir en el corto plazo?; se observa complicado, casi imposible porque el partido carece de cuadros de proyección estatal, además de que tampoco cuenta con una dirigencia fuerte y de nivel.

Ramírez Arana es el dirigente opositor que más conviene a la 4T: corto y sin demasiadas luces, se convirtió en el presidente del CDE que peores cuentas ha entregado a su partido.

@luisromero85