Queremos un México con justicia, verdadera democracia, más salud, mucha menos pobreza y sin miedo a la delincuencia.
Millones de mexicanos votamos ayer para eso que en principio se logra con funcionarios capaces y honestos, algo que esperamos cada cambio de gobierno pero, en la generalidad, no hemos visto llegar.
Los mexicanos cumplieron votando. La inmensa mayoría lo hizo en orden, anhelando un México más justo y seguro.
Ahora la pregunta es: ¿la presidenta electa, los nuevos senadores y diputados, los que serán gobernadores y alcaldes responderán positivamente a las expectativas de un pueblo siempre engañado y vapuleado por sus gobernantes?
Cada seis años son renovadas las esperanzas y al término de cada sexenio sucede lo mismo: desencanto, decepción, coraje y frustración.
Los mexicanos exigimos programas de gobierno efectivos y eficaces, no fantasías o disparates y mucho menos saqueos. Basta de gobernantes acompañados de cuates dedicados al robo y que por lo tanto tienen como principal misión adular a su jefe para conseguir manga ancha en sus fechorías.
Basta de inútiles y tontos que, con poder, solo se dedican a mentir, divertirse o a acumular odios que terminan en venganzas.
Para nuestros gobernantes no hay evaluaciones estrictas y públicas, así que pueden hacer lo que quieran con los dineros del pueblo. Inventan las leyes y son muy laxos en cuanto a las que ellos deben cumplir.
En fin, no queremos una títere sentada en Palacio Nacional, respondiendo a un titiritero, ni a una presidenta manejada por intereses partidistas o que gobierne imprudentemente.
La responsabilidad de gobernar en México es muy pesada y más después de tantos engaños y frustraciones, que nos tienen endeudados y con pésimos servicios públicos.
Así que demandamos un gobierno eficaz, realmente honesto, transparente que deje atrás la arraigada opacidad, democrático, respetuoso de la división de poderes y de la ley, con instituciones sólidas, al servicio del pueblo y duro e inflexible con los delincuentes.
¿Es mucho pedir? No, no es mucho pedir, pero en México lo pedimos, lo clamamos cada seis años y nada más no llega.
Ya votamos, ya nos han engañado, robado y traicionado mucho, es tiempo de exigirlo.
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