Nava murió a la edad de 55 años después de perder la batalla contra el cáncer que enfrentaba desde 2019. Fue en ese entones que el músico hizo público que padecía cáncer cerebral. Dos años después, en 2021, anunció con alivio y esperanza su victoria sobre la enfermedad, pues ya había sido sometido a quimioterapias y cirugías.

Desafortunadamente, en 2023 Lino canceló diversas presentaciones debido a su estado de salud, siendo desde el pasado 3 de mayo que se confirmó su recaída y este martes 7 su esposa dio la noticia a su familia y amigos. Cabe señalar que algunos de sus colegas pudieron despedirse del legendario guitarrista mexicano.

Lino Nava fue reconocido como un pilar fundamental de La Lupita, su talento y creatividad fueron cruciales para el sonido distintivo y la identidad del grupo, que disfrutó de una exitosa carrera plagada de éxitos y presentaciones memorables.

A lo largo de su trayectoria, Lino Nava contribuyó significantemente al panorama musical desde su primera banda, Raxas en 1988, hasta la formación de La Lupita en 1991. El legado del guitarrista permanecerá con riffs memorables en discos como “Pa’ servir a usted” (1992), “Qué bonito es casi todo” (1994), “Tres- D” (1996), “Caramelo Macizo” (1998) y “Lupitología” (2004).

¿Qué es el cáncer cerebral?

El cáncer cerebral se refiere a un conjunto de enfermedades caracterizadas por la presencia de células malignas en el cerebro que se multiplican de forma descontrolada. Estas células pueden originarse en el propio cerebro o extenderse a él desde otras partes del cuerpo (metástasis cerebrales).

Los tumores cerebrales pueden ser benignos, sin células cancerosas, o malignos, conteniendo células cancerosas; sin embargo, incluso los tumores benignos pueden ser peligrosos dependiendo de su ubicación y del efecto que ejercen sobre el tejido cerebral circundante o los vasos sanguíneos. Los síntomas del cáncer cerebral varían según la ubicación, tamaño y crecimiento del tumor, incluyendo dolores de cabeza, convulsiones, cambios de personalidad, problemas de memoria, dificultad para hablar o para moverse, y otros síntomas neurológicos.

El tratamiento también varía dependiendo del tipo de tumor, su ubicación y etapa, así como de la salud general del paciente, e incluye cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida y, en algunos casos, enfoques de inmunoterapia.

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