Durante los más de cinco años que lleva Morena al frente del gobierno del estado de Veracruz, la élite cuatroteísta en el poder ha abusado de la burocracia al obligarlos en sus horas y días libres a realizar tareas proselitistas o a participar en movilizaciones de apoyo a sus gobernantes, sea en la entidad o en la capital del país.
El malestar se ha ido acentuando porque a diferencia de otras administraciones, sobre todo las priistas, ahora ellos tienen que sufragar a veces de su propio bolsillo los gastos de comida y en ocasiones hasta de transporte.
Hoy son forzados a asistir a las campañas de los candidatos morenistas. En redes sociales y grupos de WhatsApp, por ejemplo, fueron exhibidos empleados de las secretarías de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP) y de Seguridad Pública (SSP) acompañando contra su voluntad a la candidata a diputada local por Xalapa, Dorheny García Cayetano, cuñada de Elio Hernández Gutiérrez, titular de la SIOP.
Mientras, en la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) y en el Congreso del Estado han trascendido las protestas de los servidores públicos de mayor antigüedad por la asignación de centenares de plazas a sus compañeros de escritorio que llegaron en 2018 con esta administración morenista.
Al parecer los jefes no temen que su partido y sus candidatos reciban el clásico “voto de castigo” que ya otros ex gobernantes veracruzanos del PRI y PAN padecieron en el pasado reciente, sobre todo las sucesiones estatales de 2016 y 2018.
En Palacio Nacional y en el bunker de la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, están preocupados por las tendencias a la baja que en la disputa por la gubernatura enfrenta su candidata Rocío Nahle.
Han comenzado a maniobrar para no perder Veracruz, que es la cuarta entidad del país con el mayor número de votantes. Y es que también se les está complicando la Ciudad de México, que posee el segundo padrón nacional de electores.
Ayer, el columnista Adrián Rueda, del diario Excélsior, publicó que, en pleno Día del Trabajo, y apenas unas horas después de que el gobierno capitalino les otorgara un aumento salarial, burócratas de la CDMX anunciaron su apoyo a los candidatos de la alianza Va X la CDMX. El argumento es que los trabajadores gubernamentales fueron maltratados por la administración morenista de la capital del país, sufriendo despidos, presiones y violación constante a sus derechos laborales.
Tampoco olvidan que, en 2016, los obradoristas les pidieron su apoyo rumbo a la Asamblea Constituyente, a fin de plasmar los derechos de la burocracia en la primera Constitución Política de la Ciudad de México.
Martí Batres, en ese tiempo presidente de Morena y aspirante a la Jefatura de Gobierno, les prometió en nombre del movimiento obradorista promover y respetar la autonomía sindical, establecer una escala de salarios y basificar a todos los empleados gubernamentales. También nivelarlos en la escala nacional, pues en ese tiempo –igual que ahora– los burócratas capitalinos eran los peores remunerados del país. Incluso Batres les habló de dar seguridad social a todos, sin importar si eran eventuales o de honorarios. Y como propuesta estelar, que los trabajadores accederían a créditos de Fovissste, que aplicarían en el INVI. Nadie imaginaba entonces que el hoy jefe de Gobierno estaba pensando en armar su propio cártel inmobiliario a través de la vivienda popular.
Pero refiere el columnista de Excélsior que no sólo Martí, sino que también Sheinbaum, cuando buscaba la Jefatura de Gobierno, se comprometió a respetar sus derechos laborales y humanos; a darles capacitación y salarios bien remunerados, sin distingo de filiación política; a mejorar sus condiciones de trabajo y prestaciones sociales, dignificar instalaciones y acabar con amenazas de despido, en caso de que se negaran a participar en eventos de tipo político en favor de cualquier partido.
Entre ambos ofrecieron un paraíso laboral si apoyaban a que Morena ganara la ciudad. Los trabajadores así lo hicieron, pero a cambio recibieron despidos, maltratos, presiones y uso clientelar de sus derechos, pues son obligados a asistir a marchas y mítines, bajo amenaza de despido
Por eso y más, es que comenta el autor de la columna “Capital político” que la gran mayoría de la burocracia capitalina decidió darle la espalda a la 4T y apoyar la candidatura del aliancista Santiago Taboada, ex alcalde panista de Benito Juárez, quien también
Ya sumó también al sindicato del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, pues la secretaria general, Ortelia Bautista, anunció que sus compañeros ya se decantaron por la alianza del PAN-PRI-PRD.
“Y no se trata exclusivamente de los miles de trabajadores, sino también de sus familias”, apunta el columnista de Excélsior, quien añade: “Hoy se podrán ver, por un lado, los acarreados a los eventos oficiales, que irán más a fuerza que por gusto, aunque no por ello tendrán sus votos el 2 de junio. Y por otro, los que abiertamente se manifestarán en favor de la oposición”.
¿En Veracruz, cuántos de los miles de burócratas estatales le darán también la espalda a Morena?
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