La mentira, la negación y hasta el cinismo son los componentes del discurso de la candidata de morena Claudia Seheinbaum, con ellos, viene repitiendo todos los días, al estilo de Goebbles aquél tristemente ministro de propaganda NAZI, hasta el cansancio, que en México todo está bien.
Esto nos lleva a los ciudadanos a hacer un análisis serio de los discursos de Xóchitl y Claudia y a partir de ello deducir quien si es capaz de satisfacer nuestras expectativas.
El discurso de Claudia Shiembaum ,parte de la afirmación de que vamos bien y de la negación de que en nuestro país la inseguridad ha alcanzados niveles nunca antes vistos e insoportables, para ella, los más de 285 mil asesinados no existen, los más de 100 mil desaparecidos no existen, las más de 45 mil desapariciones de mujeres no ocurren, y mucho menos existieron los 600 mil muertos por la negligencia del gobierno ente el COVID.
La candidata de morena niega que la inflación está llevando a la pobreza extrema y alimentaria a miles de mexicanos, niega que miles de mexicanos no tienen acceso a los servicios médicos, medicinas y al agua potable, niega que haya desabasto de medicinas y que las personas en México están muriendo por enfermedades que son curables, lo cual resulta de lo más ignominioso de este régimen de muerte.
Así las cosas, uno se pregunta ¿Cómo va a resolver Claudia Shiembaum los graves problemas de la gente y de todo el país, que son muchos, si ni siquiera se ha enterado que existen? Los que nos dedicamos a trabajar por el desarrollo de las sociedades sabemos que todo plan, que toda estrategia que todo desarrollo parte de la identificación de los problemas críticos, de su reconocimiento, y del consenso con la sociedad de cuales son aquellos problemas que debemos resolver para establecer la ruta de solución. En suma, la candidata de morena no podrá enfrentar ni resolver los profundos problemas de los mexicanos porque simplemente para ella no existen.
El país se desangra en la violencia, en la inseguridad en la corrupción institucionalizada de morena y ella lo niega cínicamente porque Claudia Shiembaum es la representante de todo lo nefasto, lo ruin y lo sucio que ocurre en México, ella solo tiene el malvado fin de satisfacer la ambición patológica de un desequilibrado que es López Obrador sin importarle el pueblo de México.
Por otro lado el discurso de Xóchitl es realista, parte de las realidades cotidianas y del reconocimiento de que en México la gente esta muriendo, muere asesinada, muere de hambre o muere de enfermedades no atendidas; parte del reconocimiento de que la inflación está golpeando severamente el bolsillo de los más pobres y de las clases medias, parte de la realidad, inadmisible por cierto, de que el crimen organizado es quien gobierna en un tercio del territorio nacional en colusión con el partido gobernante y los políticos de morena.
A este desalentador diagnóstico, se suma la clara y cínica realidad de que el objetivo central de morena es el de derrumbar la República e instaurar un régimen de hambre y de terror al más puro estilo cubano-venezolano, esto si lo reconoce, cínicamente, la candidata de morena y si lo secundan los diputados y senadores de morena que ansían ya concretar la más alta traición a México.
Con estas dos cosas en claro, es evidente que lo mejor que le puede pasar a México en estos momentos de muerte y oscuridad, en que se han perdido los valores y se quieren imponer otros de muerte, sangre y veneración al mal, lo mejor que puede ocurrirnos a los mexicanos, es que Xóchitl Gálvez gane la elección y también todos los candidatos de “Fuerza y corazón por México”.
De esta manera estaríamos poniéndonos en el camino de una solución realista a los profundos problemas sociales y de paso salvaríamos la República hoy amenazada, desterraríamos ese discurso de odio que separa, ese caos de rencores sembrados por el psicópata social que hoy mal gobierna México, y lo cambiaríamos por un discurso de amor y de concordia que une y ampara.
Hoy en México no nos jugamos que tal o cual partido gane, o que tal o cual candidata sea Presidente, no, hoy nos estamos jugando todo aquello por lo que nuestros abuelos pelearon y murieron en el pasado, nos estamos jugando la libertad, el futuro de nuestros hijos y nietos, y nos estamos jugando la supervivencia de la República Mexicana. De ese tamaño es la decisión histórica que tomaremos con nuestro voto.
Si tus antepasados fueron de los que lucharon por la independencia de México, si tus ancestros familiares fueron los que tomaron un fusil en la guerra de Reforma y en la Revolución, hoy te toca a ti alzarte y luchar por México con todas tus fuerza y con todo tu corazón.
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