Al interior del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en Veracruz, hay una gran preocupación en cuanto al proceso electoral que viene. Y es que a cinco años y tres meses de permanencia en el poder, quienes han ocupado los puestos de dirección de ese partido, ni sus más importantes cuadros en el poder, se han preocupado por consolidar un partido político fuerte, como la primera fuerza política que son para competir con éxito. Se han ocupado más en la fiesta, en la buena vida, que en confeccionar un aparato electoral invencible, como el que tuvo el PRI en Veracruz por casi setenta años, que les permita mantenerse en el poder mas allá de un solo sexenio aprovechando el liderazgo que creo en torno a su figura el presidente Andrés Manuel López Obrador. El asunto es que Morena como partido en Veracruz no existe, hay una estructura pero improvisada, sin liderazgos ni políticos con experiencia que sepan operar entre la militancia para llevarla a las urnas el día de la elección, veracruzanos que sientan el compromiso de pertenecer a un partido político en el poder y sentirse parte de ese importante proyecto con el orgullo y la responsabilidad que eso implica. Posiblemente ni los beneficiados de la tercera edad que tanto los elogiaron en un principio, sigan pensando que sin Morena en el poder se les van a acabar sus pensiones porque los partidos de la oposición ya se han encargado de desmentir esa versión y la han revertido generando descontento entre los beneficiados por el tiempo que los tienen afuera de las sucursales del banco Bienestar, a sol y agua, hasta que los atienden…