En Palacio Nacional tienen claro que si Miguel Yunes Linares se suma de lleno a la campaña opositora las cosas no serán tan sencillas para Morena. De hecho, dejando de lado la conocida animadversión de AMLO hacia el exgobernador, existe respeto por su forma de operar elecciones.
En realidad, el que venció a Yunes Linares con su hijo como candidato a sucederlo fue López Obrador y no Cuitláhuac García (el ingeniero nunca habría podido hacerlo). La obra maestra del padre de los Yunes se habría concretado si la historia no lo hubiera topado con el tabasqueño.
Aquel plan que siempre fue un secreto a voces (y que consistía en hacer gobernador a Miguel Yunes Márquez, para después ubicar a su hermano, Fernando, como sucesor), se vino abajo porque AMLO estaba en su mejor momento y cualquiera bajo el logo de Morena ganaba.
Por eso en CDMX respetan a Yunes Linares y ven con seriedad que los Yunes relevantes (rojos y azules), se unieran por primera ocasión contra alguien. No es cosa menor para el presidente y quienes lo rodean que algo así concretara, aunque las encuestas den ganadora a la candidata morenista.
Apenas tuvieron en sus manos la foto de Miguel Yunes Linares con José Yunes en un café de Boca del Río, los focos amarillos se encendieron en la CDMX, más aún porque decidieron dejar de lado las actitudes triunfalistas… están conscientes que así como sorprendió (grandemente) la derrota del vástago azul hace casi seis años, algo similar podría ocurrir en la actualidad.
El tema es, pues, que en Palacio Nacional no dan por sentado nada en Veracruz, más aún si el padre de “los Yunes del estero” se suma de tiempo completo.
Veremos qué ocurre.
X: @aaguirre_g
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