En una larguísima audiencia (8 horas) realizada el último día de julio de 2022 en Pacho Viejo, Coatepec, al ex fiscal veracruzano Jorge Winckler le dictaron un año y cinco meses de prisión preventiva.
Al fiscal que acompañó en su bienio al ex gobernador Yunes Linares le acusaron por desaparición forzada y privación ilegal de la libertad, en modalidad de secuestro.
Fue enviado al penal federal del Altiplano, conocido anteriormente como “Almoloya”; ahí estuvo hasta hace unos días, cuando un juez del Estado de México modificó sus medidas cautelares y le permitió continuar su proceso en prisión domiciliaria.
El abogado Rodolfo Félix Cárdenas informó a los medios que desde el pasado jueves, el juez tomó modificó las medidas cautelares; sin embargo, las tácticas dilatorias en el penal permitieron que la Fiscalía General del Estado lo capturara para ser trasladado al penal de Pacho Viejo, con la acusación de presunta tortura.
El viernes, la fiscalía a cargo de Verónica Hernández ejecutó una nueva orden de aprehensión contra el ex funcionario veracruzano; y el sábado, anunció una nueva imputación contra Winckler, argumentando hechos que se remontan a mayo de 2018.
El 25 de julio de 2022, este cercano colaborador de Yunes Linares fue detenido por fuerzas federales en Oaxaca, y trasladado al penal de Pacho Viejo; estaba en calidad de prófugo de la justicia por casi tres años.
Al ex funcionario de órgano veracruzano de procuración de justicia se le recuerda por haber encabezaron una férrea persecución contra los duartistas. Paradójico: hoy Jorge Winckler sigue preso y vive el mismo infierno que enfrentaron los detenidos durante el gobierno yunista.
A Winckler le fue peor que a los ex funcionarios del duartismo encarcelados durante el lapso en que encabezó la Fiscalía, porque ninguno de ellos pisó una cárcel de máxima seguridad como la de Almoloya, donde fueron enviados destacados personajes del narco mexicano, como Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien logró fugarse en 2015; Jesús Zambada o los hermanos Arellano Félix.
Incluso, durante el tiempo que pasó el ex fiscal en ese lugar, también estuvieron recluidos personajes como Daniel Arizmendi “El Mochaorejas”, un secuestrador que adquirió notoriedad en la década de los noventas por la extrema violencia de sus métodos, que incluían la mutilación de las víctimas.
De ese penal de alta seguridad salió el jueves el fiscal veracruzano, sólo para ser trasladado el viernes a Pacho Viejo, la cárcel donde estuvieron internados varios integrantes del gabinete de Javier Duarte.
Es el segundo ex fiscal detenido; el primero fue Luis Ángel Bravo, cuyo periodo terminaría en enero de 2024 –llegó al cargo en 2015–, pero no habían pasado ni dos años cuando renunció en noviembre de 2016, unos días antes de la llegada de Yunes a la gubernatura; Bravo Contreras, al igual que Winckler, puso pies en polvorosa pero fue detenido en junio de 2018. Ya está libre.
En diciembre de 2016 llegó Jorge Winckler a la Fiscalía de Veracruz, pero solo se mantuvo hasta septiembre de 2019. Encaramado en el cargo que ocupó por casi tres años, este hombre nunca imaginó que se convertiría en huésped del penal del Altiplano, de donde saldría sólo para regresar a Pacho.
@luisromero85
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