Un total de 99 periodistas y trabajadores de medios fueron asesinados en todo el mundo el pasado año, de los cuales 72 (más de las tres cuartas partes) fallecieron en la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza iniciada el 7 de octubre pasado.

Estos datos fueron hechos públicos por el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), una organización independiente con sede en Nueva York.

El documento del CPJ asegura que el número de informadores muertos violentamente es el mayor de los registrados desde 2015 y sirve como un “grave indicador de la cifra sin precedentes de periodistas y trabajadores de medios que han perecido en la guerra entre Israel y Hamás en Gaza”.

La gran mayoría de las víctimas de 2023 eran periodistas palestinos que murieron en los ataques israelíes contra la Franja de Gaza.

Según el CPJ, en los primeros tres meses de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza habían muerto más periodistas que en cualquier otro país durante un año entero.

“La inmensa pérdida sufrida por los periodistas palestinos en esta guerra tendrá efectos a largo plazo sobre el periodismo, no solamente en los territorios palestinos, sino también en la región y más allá de ella. Cada periodista que muere es otro golpe a nuestro conocimiento sobre mundo”, dijo la directora ejecutiva del CPJ, Jodie Ginsberg.

La guerra entre Israel y Hamás se inició después de que el grupo islámico perpetrara un ataque terrorista el pasado 7 de octubre que causó unos mil 200 muertos en Israel y secuestrara a más de 200 ciudadanos.

El EJército israelí lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza que hasta ahora ha provocado la muerte a más de 28.000 palestinos.

Sin contar ese conflicto, un total de 22 periodistas y trabajadores de medios murieron en otros 18 países, aseguró la organización.

Si se excluyen las muertes de periodistas en Israel, Gaza y el Líbano, donde se han registraron ataques en el marco de ese conflicto, los casos de periodistas muertos disminuyeron significativamente en 2023, precisa la organización.

Sin embargo, los datos de 2023 del CPJ muestran que los atentados contra periodistas siguen siendo constantes en países como Filipinas, México y Somalia.

Incluso en los países donde la cifra total de periodistas muertos ha disminuido, los ataques no letales persisten y los informadores continúan siendo encarcelados a niveles récord, lo cual es un indicador clave de la situación de la libertad de prensa en el mundo, añade el informe.

Para el CPJ, el hecho de que la cifra de muertes de periodistas haya disminuido no implica necesariamente que haya aumentado la seguridad.

El documento cita el ejemplo de México, donde los asesinatos de comunicadores descendieron de un récord de 13 en 2022 a dos en 2023, pero los periodistas continúan sufriendo ataques, hostigamiento, amenazas y secuestros en medio de la corrupción y el crimen organizado.

Desde 1992 a 2023, 94 de los 96 periodistas muertos en Filipinas fueron asesinados por su labor, y los periodistas de emisoras de radio fueron especialmente vulnerables.

En todo el mundo, los mecanismos actuales para proteger la integridad física de los periodistas habitualmente incumplen el propósito de proteger a la prensa y los asesinos de periodistas frecuentemente burlan la justicia, conforme las investigaciones locales son retrasadas, malogradas o sencillamente nunca comienzan, concluyó la organización.

El CPJ se define como una organización independiente y sin fines de lucro que promueve la libertad de prensa en todo el mundo.

López Dóriga

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