En temporada de lluvias suele se común encontrarnos con diferentes bichos y entre ellos se encuentran los gusanos azotadores, un tipo de insectos que por su forma y su apariencia suele causar cierto temor e impacto, pues no es muy agradable a la vista por lo que es importante conocer qué tan peligrosos pueden ser tanto para tu familia como para algunas mascotas.

Al ser un insecto rastrero con frecuencia nos los encontramos cerca de ventanas y puertas o a los alrededores de las plantas o jardines, por lo que también te vamos a contar lo que debes hacer si te encuentras con uno de estos bichos.

¿Qué son los gusanos azotadores?

Los gusanos azotadores, como se les conoce comúnmente, no son más que una especie de la oruga Hylesia nigricans, un lepidóptero de la familia Saturniidae, es decir que son larvas de mariposas y miden entre 40 y 45 milímetros; pueden ser de color rojo oscuro o negro. Tiene una cabeza negra brillante y numerosos tubérculos setíferos de color naranja, donde se alojan los pelos urticantes. La mariposa hembra mide unos 45 milímetros de envergadura y tiene el cuerpo y las alas de color oscuro, casi negro. La mariposa macho es más pequeña y puede tener el abdomen amarillo se encuentra en algunas regiones de América del Sur y Central, especialmente en Argentina, Brasil y México.

¿Los azotadores son peligrosos y qué pasa si se toca uno?

Los gusanos azotadores tienen el cuerpo cubierto de pelos ramificados urticantes, que al entrar en contacto con la piel generan irritación y producen una dermatitis extendida. Estos pelos contienen una sustancia tóxica que contiene histamina, que provoca una reacción alérgica.

¿Cómo prevenir y tratar las picaduras de azotadores?

Para prevenir las picaduras de gusanos azotadores se recomienda evitar el contacto directo con el insecto y sus pelos, usar ropa protectora al estar en zonas donde pueda haber orugas, lavar bien las frutas y verduras que puedan estar contaminadas y aplicar repelentes de insectos.

Si se produce una picadura de algún azotador, se debe lavar la zona afectada con agua y jabón, retirar los pelos con cinta adhesiva o pinzas, aplicar hielo o compresas frías para aliviar el dolor y la inflamación, usar cremas o lociones antihistamínicas o corticoides para reducir el prurito y la erupción y tomar analgésicos o antialérgicos si es necesario. En caso de síntomas graves, como dificultad para respirar, mareos o pérdida de conciencia, se debe acudir al médico de inmediato.

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