Cuitláhuac García no quiere, pero es parte de aquello a lo que se comprometió con el presidente López Obrador: se aproxima el momento de deslindarse de Rocío Nahle, pues su imagen (lamentablemente para él), lejos de abonar acaba perjudicando a la candidata.
AMLO fue enterado de que su extitular de energía ganaría con mayor seguridad si el gobernador se mantiene al margen, al menos de manera pública, mientras Manuel Huerta y Zenyazen Escobar continúan cediéndole parte de su capital político.
La clave para que Nahle tenga más posibilidades de ganar radica en mantener distancia pública con Cuitláhuac García; de igual manera, la clave para que José Yunes compita descansa en que todos los protagonistas opositores lo respalden.
Hace unos días Sheinbaum visitó Palacio Nacional, y no se difundió el contenido de la charla con el presidente. Sin embargo, parte de la conversación tuvo que ver con las candidaturas en los estados, y cuando se llegó a Veracruz, AMLO dio su anuencia para desmarcar a García de Nahle.
La decisión no tiene que ver con desprecio o algún castigo hacia el gobernador, (de hecho, será premiado con un cargo federal), sino con la sanidad de la campaña de su exfuncionaria. Y es que me hacen saber que AMLO no subestima a ninguno de los Yunes.
Me confían que el de Tabasco no quiere sorpresas en Veracruz, más aún después de que los resultados de la encuesta interna morenista no mostró a un ganador contundente, y parte de las “medidas emergentes” incluyen apartar al gobernador de Nahle.
Veremos si lo echan a andar.
X: @aaguirre_g