Si la humanidad llega a establecer bases a largo plazo en la Luna, necesitará una fuente regular de alimentos. Sin embargo, no es práctico pensar que se puede plantar maíz o trigo en invernaderos en un suelo lunar llano en la Luna y esperar una cosecha abundante, o ninguna en absoluto.

Pero los científicos están dando pasos para que la agricultura lunar sea una posibilidad real. Investigadores dijeron este jueves que han encontrado la forma de hacer fértil el inhóspito terreno de la Luna introduciendo bacterias que aumentan la disponibilidad de fósforo, un importante nutriente para las plantas.

Realizaron experimentos de cultivo de un pariente del tabaco utilizando suelo lunar simulado, más propiamente llamado regolito lunar, en un laboratorio de China.

Descubrieron que, tratado con tres especies de bacterias, producía plantas con tallos y raíces más largos, así como racimos de hojas más pesados y anchos, en comparación con el mismo suelo sin los microbios.

Según los investigadores, la acción de las bacterias hizo que el suelo se volviera más ácido. Este entorno de pH bajo provocó que los minerales insolubles que contienen fosfato se disolvieran y liberaran el fósforo que contienen, aumentando la disponibilidad del mineral para las plantas.

“La importancia de estos hallazgos es que quizá podamos utilizar estos microbios para convertir el regolito lunar en un sustrato bioamigable para el cultivo de plantas en futuros invernaderos lunares”, afirma el investigador Yitong Xia, de la Universidad Agrícola China de Pekín, autor principal del estudio publicado en la revista Communications Biology.

En un estudio publicado el año pasado, investigadores de Estados Unidos cultivaron una hierba con flores llamada Arabidopsis thaliana en 12 recipientes del tamaño de un dedal, cada uno con un gramo de suelo lunar real recogido durante misiones de la NASA hace más de medio siglo.

La Arabidopsis, también llamada thale cress, es un tipo de berro muy utilizado en la investigación científica. En aquel estudio, la planta creció, pero no con tanta fuerza en el suelo lunar como en la ceniza volcánica de la Tierra utilizada con fines comparativos, lo que sugiere que el suelo lunar podría necesitar un poco de ayuda para ser más fértil.

La nueva investigación se centró en la Nicotiana benthamiana, otra planta utilizada a menudo en investigación.

En el estudio se usó regolito simulado en lugar del real, porque el suelo lunar auténtico escasea en la Tierra. Los investigadores utilizaron material volcánico de las montañas de Changbai, en la provincia china de Jilin, para crear un suelo con propiedades químicas y físicas similares a las del suelo de la Luna.

Las tres bacterias usadas en el estudio fueron: Bacillus mucilaginosus, Bacillus megaterium y Pseudomonas fluorescens. Los investigadores probaron otras, pero no dieron los mismos efectos beneficiosos.

“Teniendo en cuenta el enorme potencial científico y económico de la Luna, en el futuro necesitaremos establecer bases lunares tripuladas. Pero, ¿cómo podemos proporcionar alimentos, oxígeno y agua a los tripulantes? Por supuesto, podemos llevarlos a la Luna en cohetes, pero eso es económicamente insostenible. Un invernadero para el cultivo de plantas en la Luna podría reducir en gran medida la necesidad de transporte Tierra-Luna”, dijo Xia.

Un sistema de cultivo de plantas en la Luna podría ayudar a satisfacer las necesidades de alimentos y oxígeno a largo plazo de las tripulaciones humanas, añadió. Las plantas producen oxígeno como subproducto de la fotosíntesis, el proceso biológico en el que convierten la luz solar en energía.

“Tenemos varias formas de cultivar plantas en la Luna, entre ellas transportar suelo hortícola a la Luna, construir un sistema hidropónico (cultivar plantas sin suelo) o utilizar sustitutos del suelo como los hidrogeles (geles cuyo componente líquido es el agua). Estos métodos no necesitan suelo lunar, pero todos ellos consumirían una enorme capacidad de transporte en cohetes, lo que encarecería mucho estos planes”, explica Xia.

“En cambio, nuestra técnica, que es un tipo de aprovechamiento de recursos in situ, aplica la mejora microbiana al suelo lunar, haciéndolo más fértil y apto para el cultivo de plantas”, añadió Xia. “Nuestro estudio logra el mismo objetivo con mucho menos consumo de capacidad de carga en comparación con otros planes”.

Reuter

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