Servicios con base en inteligencia artificial como LazyApply facilitan el trabajo de las solicitudes de empleo, ayudando a un programador a optar a 5,000 puestos. Pero pueden cometer errores, y algunos reclutadores desprecian la tecnología

En julio, Julian Joseph, ingeniero informático, se convirtió en la última víctima de los drásticos recortes de empleo en el sector tecnológico. Enfrentado a su segundo despido en dos años, temía pasar otro par de meses encorvado sobre su laptop rellenando repetitivas solicitudes de empleo y lanzándolas al vacío.

Joseph es especialista en automatización de interfaces de usuario y pensó que alguien debía de haber robotizado la desagradable tarea de solicitar empleo. Buscando en internet, dio con una empresa llamada LazyApply. Lo único que tuvo que rellenar fue información básica sobre sus habilidades, su experiencia y el puesto deseado.

1,000 solicitudes de empleo mientras duermes

Después de pagar 250 dólares por un plan ilimitado de por vida e instalar la extensión de Chrome de LazyApply, Joseph vio cómo el robot recorría en su nombre las solicitudes de empleo en sitios como Indeed y LinkedIn, seleccionando los puestos que se ajustaban a sus criterios. Sediento de eficacia, instaló la aplicación también en la laptop de su novio y se fue a la cama con las dos computadoras revolviendo furiosamente montones de solicitudes. Por la mañana, el bot había solicitado cerca de 1,000 empleos en su nombre.

La herramienta no era perfecta. Parecía estar adivinando las respuestas a las preguntas de algunas solicitudes, con resultados a veces confusos. Pero funcionaba a la fuerza bruta. Después de que LazyApply completara solicitudes para unos 5,000 puestos de trabajo, Joseph dice que consiguió unas 20 entrevistas, un porcentaje de aciertos de alrededor del 0.5%. Comparado con las 20 entrevistas que había conseguido después de solicitar manualmente entre 200 y 300 empleos, el porcentaje de éxito era desalentador. Pero dado el tiempo que le ahorró, Joseph pensó que valía la pena la inversión. LazyApply no respondió a una pregunta sobre el funcionamiento del servicio.

Muchos solicitantes de empleo comprenderán el atractivo de automatizar las solicitudes. Tener que pasar por diferentes sistemas de seguimiento de candidatos para volver a introducir la misma información, sabiendo que es probable que un algoritmo te rechace automáticamente, es una pesadez, y la tecnología no ha agilizado el proceso. Según un estudio realizado en 25 países por la empresa de soluciones de talento AMS y la consultora de recursos humanos Josh Bersin Company, el tiempo medio que se tarda en realizar una nueva contratación ha alcanzado este año un máximo histórico de 44 días. “El hecho de que exista esta herramienta sugiere que algo falla en el proceso”, opina Joseph. “Yo lo veo como una forma de recuperar parte del poder que se ha cedido a las empresas a lo largo de los años”.

Reclutadores menos contentos

Los reclutadores están menos enamorados de la idea de que los bots asedien sus portales de solicitudes. Cuando Christine Nichlos, consejera delegada de la empresa de adquisición de talento People Science, habló a su personal de contratación sobre estas herramientas, la noticia levantó un gemido colectivo. Es como invitar a salir a todas las mujeres del bar, independientemente de quiénes sean”, explica un responsable de contratación de una empresa de la lista Fortune 500, quien pidió permanecer en el anonimato porque no estaba autorizado a hablar en nombre de su empresa.

Otros reclutadores están menos preocupados. “No me importa cómo me llegue el currículum, siempre que la persona sea válida”, expresa Emi Dawson, que dirige la empresa de reclutamiento tecnológico NeedleFinder Recruiting. Durante años, algunos candidatos han subcontratado sus solicitudes a trabajadores baratos de otros países. Dawson calcula que el 95% de las solicitudes que recibe proceden de candidatos totalmente no calificados, pero asegura que su software de seguimiento de candidatos filtra la mayoría de ellas, tal vez el destino de parte del 99.5% de las solicitudes de Joseph para LazyApply que se desvanecieron en el éter.

LazyApply tiene muchos competidores, algunos de los cuales recurren a seres humanos para suplir las carencias. Una empresa llamada Sonara cobra hasta 80 dólares al mes por autocompletar hasta 420 solicitudes y recomendar puestos de trabajo a partir de una base de datos recopilada a través de asociaciones con empresas de seguimiento de solicitantes y compañías que recopilan listas de empleo. Los usuarios pueden enseñar al algoritmo cuáles son sus preferencias dando o quitando “me gusta” a las ofertas, y el algoritmo ofrece al usuario la posibilidad de ver las ofertas antes de poner en marcha su sistema automático de cumplimentación de solicitudes. El personal humano se hace cargo cuando la IA se queda corta, por ejemplo, en ciertas respuestas de texto libre.

Por 39 dólares al mes, un servicio llamado Massive rellenará hasta 50 solicitudes automatizadas a la semana y hará que los humanos revisen cada solicitud para comprobar su exactitud. Algunas empresas ofrecen servicios adicionales, como cartas de presentación generadas por IA y mensajes a los responsables de contratación. LazyApply incluso ayuda a los usuarios a dejar un trabajo automatizando su carta de dimisión.

es.wired.com

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