No es que se estén haciendo bolas o que se les haya complicado la elección del candidato al gobierno de Veracruz y de los otros ochos estados, no, aplazar la fecha para dar a conocer el nombre de Rocío Nahle como candidata de Morena al gobierno de Veracruz, es con el fin de evitar un espectáculo de inconformidades y rupturas al interior del partido del Presidente, que pondría en entredicho presuntos “procesos democráticos” y confirmaría la permanencia del dedazo como mecanismo para imponer candidatos a gobernadores de parte de AMLO. En estos días con a intervención de Mario Delgado así como de otros importantes personajes allegados a AMLO, se vivirán al interior de Morena jornadas intensas de negociaciones para que al final, antes del día diez de noviembre, todos estén planchaditos, con su rebanada de pastel en las manos, echando porras a los candidatos elegidos, no en una encuesta sino por el dedo índice de la mano derecha de AMLO, dedo de proctólogo profesional. Pero no hay que confundirse, aplazar la fecha es con ese fin, para la operación cicatriz y la unidad de esta bola de analfabetas funcionales que se autodenominan “políticos” de la 4T.