Intereses y agencias extranjeras buscaban que se culpara al Ejército Mexicano en su conjunto de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, para debilitar a las instituciones del país y poder mandar, aseguró ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En su conferencia matutina en Palacio Nacional, el mandatario declaró que el gobierno estadunidense y sus agencias manifestaron durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) que no confiaban en el Ejército Mexicano, sino en la Marina.
Calderón permitió un acuerdo para que organizaciones o agencias de Estados Unidos intervinieran en asuntos de México, y ellos eran los que mandaban. Como querían hacer lo mismo con el Ejército y no pudieron, entonces de ahí vino una serie de lanzadas en su contra, destacó.
López Obrador dijo que hubo militares involucrados en los crímenes de Iguala perpetrados en 2014 contra los normalistas, y que ya se está castigando a todos, pero enfatizó que cuando se habla del Ejército se debe pensar que fueron algunos elementos y que están sometidos a proceso.
Reiteró que él decidió encabezar la investigación del caso porque concluyó que habían enrarecido todo a propósito, a fin de que nunca llegáramos a saber la verdad y señalar al Ejército. ¿Para qué? Para socavar a una institución como el Ejército, con fines de pérdida de nuestra soberanía.
Investigará a Gómez Trejo
Anunció que dispondrá una investigación sobre el desempeño de Omar Gómez Trejo, ex fiscal especial para el caso Ayotzinapa, y que se le podrían fincar responsabilidades penales. Según el mandatario, el abogado se negó a cumplir la instrucción de solicitar órdenes de aprehensión contra ex funcionarios y militares que participaron en la desaparición de los estudiantes.
Aseveró que en el gobierno pasado surgió una red de complicidades para impedir el esclarecimiento de la verdad en el caso.
Señaló que ya en su administración, integrantes de ese entramado, entre quienes señaló a algunos investigadores, acordaron la huida a Israel de Tomás Zerón, ex director de la extinta Agencia de Investigación Criminal (AIC) y presunto coautor de la llamada verdad histórica, así como la liberación de 50 acusados que alegaron haber sido torturados, pero que no se sometieron al Protocolo de Estambul (manual internacional para documentar casos de tortura).
Por ejemplo, no habían ordenado, muy extrañamente, que se consignara al procurador Jesús Murillo Karam (ahora detenido), que andaba quitado de la pena. Y cuando se decide que tenía responsabilidad y que había que preparar la documentación para solicitar al juez la orden de captura, se inconforman los investigadores, hasta los del GIEI (Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes). Me llamó mucho la atención. ¿Qué acuerdos había?, expresó.
Ahora, ya que me metí a ver el asunto a fondo, me estoy encontrando que se liberó a muchos que habían participado en la desaparición de los jóvenes, con el argumento de que fueron torturados, pero se dejó o se acordó que Zerón se iba a ir a Israel. Bueno, yo, por la confianza que les di a quienes estaban en la investigación, pensaba que se habían practicado los protocolos de Estambul. No se hizo.
Agregó que ni siquiera se cumplió con solicitar información a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Y el fiscal especial dejó pasar los términos, y eso fue lo que sirvió a los defensores de los detenidos para solicitar que los liberaran. Fíjense eso. Y, como comprenderán, no es casual.
La Jornada