Más de un millón de personas han dejado sus casas en medio de escenas de caos y desesperación por los bombardeos israelíes en el norte de la Franja de Gaza, mientras Israel prepara una ofensiva terrestre contra Hamás en el enclave palestino.
Las escenas recuerdan a algunos palestinos a la Nakba (catástrofe en árabe), que se refiere a la guerra árabe-israeli de 1948, en la que miles de palestinos fueron expulsados del territorio que habitaban en el actual Israel. Ninguno pudo retornar a sus viejos hogares. Aunque bastantes de ellos migraron a países como Siria o Marruecos, muchos otros se quedaron en la Franja de Gaza y Cisjordania.
Un año antes la ONU había ordenado la creación de dos Estados —uno judío y otro árabe— en este territorio y había propuesto un plan de división, pero este no se respetó y fue una de las razones por las que estalló el conflicto en la región, uno que 75 años después vive su peor momento.
¿Palestina es un país o un Estado?
Si Palestina es un Estado o no es una pregunta que, de acuerdo con especialistas consultados por Expansión, no es sencilla de responder, ya que depende de muchos factores, desde el reconocimiento internacional hasta la política interna de los territorios palestinos.
Agustín Berea, académico de la Universidad Panamericana y especialista en Asia, África y Oriente Medio, explica que para hablar de la calidad como Estado de Palestina podemos hablar principalmente de dos puntos de vista: el jurídico y el fáctico.
“Para que un Estado sea un Estado, legalmente lo más importante es que otros estados te reconozcan como tal”, señala Berea.
En el caso de Palestina, se trata un Estado con reconocimiento limitado, pues al menos 55 países de los 183 que son miembros con derechos plenos en la Organización de las Naciones Unidas, no reconocen su existencia como tal. Pero incluso este reconocimiento tiene varios niveles.
“Hay Estados que reconocen a Palestina como un Estado, y hay otros que simplemente no lo reconocen, y hay otros que no reconocen a Palestina pero que mantienen relaciones diplomáticas con el Estado palestino”, dice Luis Carlos Ortega, profesor de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en la UNAM.
Por ejemplo, México no reconoce a Palestina como un Estado, pero cuenta con representación diplomática de Palestina en su territorio, incluso a nivel de embajada.
“¿Qué significa eso? Que no les damos el estatus de par, que reconoce que alguien es un Estado quiere decir que lo reconoces como par. Pero sí reconocemos la autoridad palestina como el líder y que eso significa que te reconozcan, que te reconocen como el líder legítimo de un pueblo, que es el principio del Estado-Nación”.
Israel tampoco cuenta con un reconocimiento universal, pues 29 países miembros de la ONU no lo reconocen. Además, hay que sumar que normalmente los países que aceptan a Israel como Estado, desconocen a Palestina y viceversa.
La diferencia principal está que Israel cuenta con el reconocimiento de Estados que tienen un mayor peso en la escena internacional, como Estados Unidos—con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU—, otros miembros del G7 y la mayoría de los integrantes de la Unión Europea.
En cambio, algunos de los los países que reconocen a Palestina como Estado y no a Israel, son Irán, Nicaragua o Cuba, países que están sancionados por Occidente por sus violaciones a los Derechos Humanos y que tampoco cuenta con mucho poder en la esfera internacional.
Además del reconocimiento por pares, también está la pertinencia a organismos Internacionales. Palestina ha logrado adherirse a algunos organismos, por ejemplo a la UNESCO, pero hay otros, como la misma ONU, que han rechazado sus solicitudes de membresía, en parte por Estados Unidos, que ha vetado cualquier intento. Actualmente la ONU considera a Palestina como una entidad no estatal, que tiene la calidad de observador.
El segundo punto, el fáctico, se refiere principalmente al monopolio de las labores de seguridad de su población y de su soberanía. Y aquí es donde más flaquea la calidad de Estado de Palestina.
“Es un hecho nada más que es un Estado que existe de libre pero no de facto porque en realidad no tiene la capacidad para hacer valer su soberanía. El principio básico para hacer valer tu soberanía es que puedas defender la integridad territorial y a tu población. Entonces, como uno de los países que no reconocen a Palestina es Israel, este no le reconoce el derecho a defenderse o, por ejemplo, a tener fuerzas armadas permanentes entonces de facto no no es un Estado”, dice Berea.
Mapa de Palestina en el tiempo
La historia de Palestina es muy antigua. Los primeros vestigios de poblaciones humanas en este territorio datan de 12,000 años antes de nuestra era, explica Gilberto Conde, Profesor-Investigador del Centro de Estudios de Asia y África del Colmex.
El investigador explica que el nombre Palestina fue dado por el imperio romano cuando conquistó este lugar, en los primeros años de nuestra era. Entonces la mayoría de lo población era judía, pero después de convirtieron al cristianismo. Varios siglos más tarde, también en la zona surgió el Islam, al que algunos habitantes también se convirtieron.
“Esto es importante para entender que no es que los palestinos hayan llegado a quitarles su tierra a los judíos, ni mucho menos. Es un territorio en el que había poblaciones, sí hubo migraciones, hubo gente que llegó de afuera. Pero esencialmente ha sido la misma gente local que ha conservado o cambiado su religión”, explica Conde.
Este territorio fue parte del imperio Otomano desde el siglo XII y hasta el final de la Primera Guerra Mundial, en 1917, cuando el Reino Unido le arrebata palestina y pasa a su control colonial.
El 2 de noviembre ese año, el entonces ministro británico de Relaciones Exteriores, Arthur Balfour, prometió, en lo que se conocería después como la Declaración Balfour, establecer «un hogar nacional para el pueblo judío”. Un congreso palestino en Jerusalén expresó su desacuerdo en 1919.
En 1922, La Liga de las Naciones establece los deberes del mando británico en Palestina, incluyendo asegurar el «establecimiento del hogar nacional judío», el futuro Israel. Entre 1936 y 1939, el Reino Unido aplastó la revuelta árabe en Palestina.
En noviembre de 1947, la resolución 181 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dividió Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío. Jerusalén quedaría bajo control internacional. Cisjordania, incluyendo Jerusalén Este, estaba con Jordania y la Franja de Gaza con Egipto.
El Estado de Israel es creado el 14 de mayo de 1948, provocando una guerra de ocho meses con países árabes, la Nakba que mencionamos antes. Más de 780,000 palestinos fueron desplazados hacia la Franja de Gaza, Cisjordania y otros países árabes sin la posibilidad de regresar al que fue su hogar.
Con el auspicio de la Liga Árabe, en 1964 se crea la Organización para la Liberación Palestina.
En la Guerra de los Seis Días de junio de 1967, Israel derrota a Egipto, Jordania y Siria y ocupa Jerusalén Este, Cisjordania, la Franja de Gaza y las Alturas de Golán.
“Las Naciones Unidas han condenado la ocupación de los territorios otrora palestinos. De hecho, la ONU considera a Palestina como un territorio ocupado ilegalmente por el Estado de Israel, tras la guerra de 1967”, indica Luis Carlos Ortega, profesor de la UNAM.
Poco después comienzan los asentamientos judíos en los territorios ocupados, que continúan actualmente en Cisjordania, Jerusalén Este y las Alturas de Golán.
La primera intifada, o levantamiento palestino contra el mando israelí, se extendió de 1987 a 1993. Entonces, Jordania y Egipto renuncian a cualquier control en los territorios palestinos, que lo habían perdido
En 1993, Israel y la OLP firmaron una declaración de principios para la autonomía palestina tras seis meses de negociaciones secretas en Oslo, lanzando un proceso de paz.
Yaser Arafat, líder de la OLP, regresó a los territorios palestinos en julio de 1994 tras 27 años de exilio para crear la Autoridad Palestina. Se estableció entonces un gobierno autónomo por primera vez en la Franja de Gaza y la localidad cisjordana de Jericó.
En septiembre de 2000, el líder de la oposición derechista y futuro primer ministro israelí Ariel Sharon visitó el complejo de la mezquita Al-Aqsa en Jerusalén Este, un sitio sagrado para musulmanes y judíos, quienes lo llaman el Monte del Templo, lo que da inicio a los enfrentamientos de la segunda intifada.
En respuesta a una ola de ataques suicidas, Israel invadió Cisjordania en 2002, su mayor operación en ese sitio desde la guerra de 1967.
Mahmud Abas, un moderado, asume el mando de la Autoridad Palestina en enero de 2005, tras la muerte de Arafat. En 2007, el movimiento islamista Hamás toma control de Gaza tras feroces combates con sus rivales de la facción Fatá encabezada por Abas, quien permanece en el poder en Cisjordania.
Desde ese momento, el gobierno de los dos territorios que constituyen actualmente Palestina está dividido. Los países que reconocen a Palestina como Estado, suelen tener relaciones con la Autoridad Palestina de Cisjordania, cuya sede se encuentra en Ramala.
También desde entonces, Israel ha mantenido una bloqueo a la Franja de Gaza y tiene muy restringidas las salidas de este territorio.
“Palestina es un Estado en ciernes, tiene instituciones estatales, pero vive en una circunstancia de colonización, de ocupación colonial”, afirma Conde. “Entonces, también tenemos que las instituciones de Palestina, al estar bajo condiciones de ocupación, pues no son realmente independientes, están dominadas o hegemonizadas” concluyó el investigador del Colmex.
Expansión
Conéctate con Formato7:
LA RATA VENGADORA | Cisneros, el músculo; Huerta, la resistencia; Zenyazen, puro entusiasmo