El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no solo concluirá con el más alto número de homicidios dolosos, sino como uno en los que la violencia se exacerbó y extendió a estados que antes no tenían los niveles que hoy presentan, entre ellos Chiapas, Quintana Roo, y Zacatecas.

En la administración que prometió acabar con la violencia en un plazo de seis meses, se optó por la estrategia de “abrazos, no balazos” y por la construcción de un nuevo cuerpo de seguridad, la Guardia Nacional, pero los resultados no han sido los esperados.

Entre el 1 de diciembre de 2018 y hasta el 31 de agosto reportaba 161,877 homicidios dolosos, cifra que ya superó a los asesinatos ocurridos en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto… y aún están por sumarse las muertes intencionales de 14 meses.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha asegurado que su gobierno logró una disminución de 17% en el número de homicidios dolosos, pero esa baja se refiere al promedio diario de los eventos 2023 respecto al año 2020 al pasar de 100 a 83 cada 24 horas.

La disminución real, cuando se compara el último año de gobierno de Enrique Peña Nieto con el 2022, es de 13%. Pese a ello, éste es ya el sexenio más violento.

Violencia en nuevos estados

Las últimas semanas el país ha estado inmerso en episodios de violencia: desaparición de jóvenes en Zacatecas, enfrentamientos en la frontera sur en Chiapas, secuestros y homicidios de autoridades en Guerrero o de migrantes en San Luis.

Al respecto, el presidente asegura que la violencia no está generalizada, sino que se concentra en solo algunas zonas de país.

De acuerdo con expertos en seguridad pública, el presidente está en lo correcto al asegurar que México no padece de violencia en sus 32 entidades, sin embargo, afirman que bajo su administración la violencia se acentuó en algunas zonas y en otras más que antes no enfrentaban este problema y hoy lo padecen.

“Lo que estamos viendo es que estos estados que ahora acaparan los titulares sobre la violencia son nuevos, son territorios en los que esto no había ocurrido antes. También estamos viendo que los lugares donde de manera consecuente siempre habíamos estado viendo violencia se mantienen”, explica Angélica Canjura Luna, investigadora de la organización Causa en Común.

Algunos de los estados que se han mantenido con problemas de violencia por el número de homicidios dolosos son Guanajuato, que se coloca en el primer sitio en de asesinatos del país, al concentrar el 10 % de ellos, así como Michoacán, Estado de México, Chihuahua y Jalisco.

“No es haya habido una reconfiguración de dónde se localiza la violencia en estos años recientes, sino que se sumaron nuevos lugares a estas expresiones de violencia tan extrema”, agrega la investigadora Canjura Luna.

La violencia se ha exacerbado en Guanajuato donde se encontraron coches bomba, en Michoacán donde por ejemplo el exlíder de las autodefensa, Hipólito Mora, fue asesinado con más de 1,000 disparos y la extorsión de ha extendido a los productores de limón y aguacate, y a prácticamente todas la actividades económicas; en Guerrero donde con diferencia de días fueron asesinados el delegado de la Fiscalía General de la República (FGR) y al teniente coronel del Ejército Víctor Manuel Salas Cuadras y se captura a autoridades.

Tranquilidad interrumpida

Entre los estados que se han incorporado a la espiral de violencia está Chiapas. En esa entidad una disputa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa, ha propiciado secuestros de trabajadores de la Secretaría de Seguridad Pública, homicidios (incluido el de dos encuestadores de Morena), quema de casas, bloqueos de carreteras y desplazamientos.

“Chiapas siempre ha sido un estado complicado por su geografía ya tenía presencia del Cártel Jalisco desde hace buen rato, pero ahorita lo que estamos viendo son pugnas donde reclaman que ciertos acuerdos no se están cumpliendo, ya sea con los cárteles o con las propias autoridades del gobierno estatal.

En Chiapas se está replicando lo que ocurre en Puebla con los grupos huachicoleros o en Guanajuato lo que hacía el cártel de Santa Rosa de Lima, de que fuerzan a la gente a que salga, que muestre apoyo al cártel”, plantea Víctor Hernández, experto en seguridad e investigador de la Universidad Panamericana.

“Chiapas ya se nos sumó a la lista de entidades con problemas de violencia. En este momento la única entidad que no tiene un problema de seguridad pública, y eso puede cambiar en cualquier momento, es Yucatán. Entonces, ese es el mayor síntoma de que esto es un problema crónico, es un problema generalizado y sistémico. Nadie está exento de tener uno de estos brotes de violencia en un dado momento”, agrega Hernández, maestro en Inteligencia y Seguridad Internacional del King’s College London.

Otro de esos estados que se sumaron a la espiral de violencia extrema es Zacatecas. Previo a la llegada de Morena al gobierno del estado, esa entidad mostró un repunte en la violencia y que se ha traducido en homicidios dolosos, desapariciones de personas y enfrentamientos armados.

En las últimas semanas, en ese estado se difundió la desaparición de siete jóvenes en el municipio de Villanueva. Meses atrás, esa entidad fue escenario de la localización de 10 cadáveres en una camioneta, del asesinato de Josué Urzúa Padilla, encargado de la Guardia Nacional, entre otros episodios de violencia.

Hace algunos meses, también la violencia marcó a Quintana Roo, Colima, Puebla y Sonora, entre otros.

Armando Zuñiga, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana en la Ciudad de México (Coparmex) y de Agrupaciones de seguridad unidas por México (Asume), afirma que como empresarios no consideran que la violencia esté generalizada, sin embargo, hay dos delitos que les preocupan: extorsión y asaltos en carretera.

“De los temas más preocupantes es el robo a carretera, se ha estado disparando y esto afecta mucho a las empresas desde sus costos de operación, la confianza en la misma inversión. Es ahora lo que más preocupa a las empresas, junto con el tema de extorsión que también no se ha podido controlar”, sostiene.

Cierre de sexenio violento

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado que buscara que la disminución de homicidios sea de 20%, sin embargo, los expertos consultados advierten que podría haber un cierre más violento.

“Los últimos tres presidentes han alcanzado su máximo de homicidios en su último año, pero eso responde a cómo se ha peleado en la guerra contra el narco, o sea, cada presidente es peor que el anterior… Si revisamos las estadísticas previas al 2006, al contrario, había una tendencia a la baja en los homicidios sistemática desde 1990″, agrega Víctor Hernández, quien recuerda que las transiciones de Carlos Salinas, la de Ernesto Zedillo y la de Vicente Fox, no fueron violentas.

«No había una situación generalizada de desorden en el país. Es peligroso que nos acostumbramos a que esto se vuelva normal”, expresó.

El proceso electoral para renovar a más de 20,000 cargos a nivel federal y local, suele ser un factor que podría incrementar la violencia, pues en ese momento en el que el crimen intenta quitar o poner candidatos para que después respondan a sus intereses.

“Al ser una elección tan grande la que se viene en 2024, son muchos los territorios que son estratégicos y que requieren este tipo de acomodos para que los grupos delictivos puedan seguir prosperando”.
Angélica Canjura, investigadora de Causa en Común.

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