La activista iraní encarcelada Narges Mohammadi ganó el viernes el Premio Nobel de la Paz por su incansable lucha en favor de los derechos de la mujer y la democracia y contra la pena de muerte.
Mohammadi, de 51 años, ha mantenido su activismo a pesar de sus numerosas detenciones en Irán y de haber pasado años encarcelada.
“Este premio es ante todo un reconocimiento a la importantísima labor de todo un movimiento en Irán, con su líder indiscutible, Nargis Mohammadi”, dijo Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité Noruego del Nobel, que anunció el galardón en Oslo.
El comité espera que el premio sea “un estímulo para continuar el trabajo en la forma que este movimiento considere apropiada”, añadió, al tiempo que instó a la República Islámica a poner a la activista en libertad a tiempo para la ceremonia de entrega del galardón el próximo 10 de diciembre.
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The Norwegian Nobel Committee has decided to award the 2023 #NobelPeacePrize to Narges Mohammadi for her fight against the oppression of women in Iran and her fight to promote human rights and freedom for all.#NobelPrize pic.twitter.com/2fyzoYkHyf— The Nobel Prize (@NobelPrize) October 6, 2023
Durante casi toda la vida de Mohammadi, Irán ha estado gobernado por una teocracia chií comandada por un líder supremo. Aunque las mujeres pueden trabajar y ocupan puestos académicos e incluso cargos gubernamentales, sus vidas están muy vigiladas. La ley exige que lleven al menos pañuelo, o hiyab, para cubrirse la cabeza como señal de piedad.
En una declaración a The New York Times, Mohammadi afirmó que “el apoyo y el reconocimiento global de mi defensa de los derechos humanos me hace más decidida, más responsable, más apasionada y más esperanzada”.
“Espero también que este reconocimiento haga que los iraníes que protestan por el cambio sean más fuertes y estén más organizados”, agregó. “La victoria está cerca”.
Mohammadi ha sido encarcelada 13 veces y condenada en cinco ocasiones, de acuerdo con Reiss-Andersen. En total, ha sido sentenciada a 31 años de prisión. Su último ingreso en la cárcel comenzó cuando fue detenida en 2021 luego de participar en un acto en memoria de una persona fallecida en las protestas que sacudieron el país en 2019 tras el alza del precio del combustible.
Ha estado recluida en el conocido penal de Evin, en Teherán, entre cuyos reos hay personas con vínculos con Occidente y presos políticos.
“Las mujeres de Irán han sido una inspiración para el mundo. Su valentía y determinación frente a las represalias, a la intimidación, a la violencia y a los arrestos han sido extraordinarias”, dijo Ravina Shamdasani, vocera de la oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra. “Pedimos su liberación y de los demás defensores de los derechos humanos detenidos en Irán”.
Es la 19na mujer que gana el Nobel de la Paz y la segunda iraní en hacerlo tras la activista de derechos humanos Shirin Ebadi, en 2003.
Mohammadi estaba entre rejas durante las recientes protestas que sacudieron el país tras la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, tras ser detenida por la policía de la moralidad. Su deceso provocó uno de los mayores desafíos a la teocracia iraní desde la Revolución Islámica de 1979. Más de 500 personas fallecieron en la intensa campaña de represión de las fuerzas de seguridad y más de 22 mil fueron arrestadas.
Sin embargo, la activista contribuyó desde el penal con un artículo opinión publicado por The New York Times.
“Lo que el gobierno quizá no entienda es que cuantos más de nosotros encierre, más fuertes nos hacemos”, escribió.
En la primera reacción al galardón desde Teherán, la agencia noticiosa semioficial Fars presentó a Mohammadi como alguien que “se empeñó en crear tensión y disturbios y afirmó falsamente que fue golpeada en prisión”.
Los abusos en las prisiones iraníes —algo contra lo que Mohammadi ha hecho campaña tanto dentro como fuera de la cárcel— han sido ampliamente denunciados tanto por la ONU como por grupos de derechos humanos.
Antes de entrar en prisión, Mohammadi era la vicepresidenta del prohibido Centro de Defensores de los Derechos Humanos de Irán. Ebadi, con quien tiene una estrecha relación, fundó la organización.
En 2018, Mohammadi, ingeniera de carrera, fue galardonada con el premio Andrei Sájarov.
El Nobel tiene una dotación económica de 11 millones de coronas suecas (alrededor de un millón de dólares). En las ceremonias de entrega que tienen lugar en diciembre, los ganadores reciben además una medalla de oro de 18 quilates y un diploma.
El ganador del prestigioso Nobel de la Paz es elegido por un comité de expertos en Noruega a partir de una lista de algo más de 350 nominados. El año pasado recayó en activistas de derechos humanos de Ucrania, Bielorrusia y Rusia, y fue visto como una contundente crítica al presidente ruso, Vladímir Putin, y a su homólogo y aliado bielorruso, Alexandr Lukashenko.
En el listado de premiados figuran Nelson Mandela, Barack Obama, Mijail Gorbachov, Aung San Suu Kyi y Naciones Unidas.
A diferencia de los otros premios, que se eligen y anuncian en Estocolmo, su fundador, el inventor sueco Alfred Nobel, decretó que el de la paz lo decidiera y otorgara en Oslo el Comité Noruego del Nobel, compuesto por cinco personas que son nombradas por el Parlamento del país.
Este es el quinto galardón que se anuncia este año. El escritor noruego Jon Fosse recibió el jueves el de Literatura y, un día antes, el de Química recayó en los científicos estadounidenses Moungi Bawendi, Louis Brus y Alexei Ekimov.
El Nobel de Física reconoció la labor de la física franco-sueca Anne L’Huillier, del científico francés Pierre Agostini y del húngaro Ferenc Krausz. Katalin Karikó y Drew Weissman ganaron el de Medicina el lunes.
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