El estudio presentado por la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) para justificar la obra del puente vehicular elevado en la avenida de Lázaro Cárdenas, a la altura del Urban Center, usó datos inexactos, lo que es muestra del dolo con el que actúa la dependencia a fin de realizar una obra que no fue consultada con la población, afirmó Elena Salazar Neumann, maestra en Ciencias con especialidad en Física Aplicada por el Centro de Investigación y Estudios Avanzados de Instituto Politécnico Nacional.

En agosto pasado, el gobernador Cuitláhuac García dijo que el paso superior permitirá anular la emisión de 14 mil 555 toneladas anuales de dióxido de carbono (CO2) en la ciudad, pues serán suprimidos los semáforos de Gildardo Avilés y la Corona, que significan una espera de un minuto 8 segundos y 35 segundos, respectivamente.

Ante las manifestaciones ciudadanas por la construcción del puente que derribó 49 árboles, se presentó este estudio de la Sedema que se informó estaba basado en el método i-Tree y con datos de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, la cual contabiliza un tránsito de 74 mil 988 automóviles diarios en ese punto de 400 metros de longitud, cuya contaminación es de 318 gramos de CO2 por kilómetro.

La especialista quien revisó este estudio cuestionó que se utilizó información falsa al reportar el número de vehículos que circulan por Lázaro Cárdenas diariamente, pues de acuerdo con la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SCT) son 38 mil 258 unidades y no 74 mil 988 que fueron usadas para el cálculo de las emisiones de toneladas de dióxido de carbono.

“Existe un evidente sesgo en los datos presentados por la Sedema que apuntan a favorecer la construcción de la obra. Es tan claro y malintencionado este sesgo que presentan a los 49 árboles como un verdadero peligro para el medio ambiente pero no así para los vehículos automotores”, indicó.

El estudio de la Sedema afirma que con la obra se evitará la emisión de 14 mil 555 toneladas de Co2, pero la especialista afirma que la cifra no es correcta porque usaron datos “inflados” e inexactos pues hacen mediciones de acuerdo con las emisiones de un auto en movimiento, a pesar de que debía hacerse en reposo dado que la premisa es la emisión de Co2 durante la espera en semáforos.

“Es una barrabasada suponer que un auto en reposo consume lo mismo que un auto que viaja a 70 kilómetros por hora; es mala fe, porque aumentaron al doble de vehículos que circulan por la ciudad y no fue una equivocación; ellos lo utilizan una cifra de 75 mil automóviles diarios en esa zona de la ciudad cuando en realidad son 38 mil”.

Añade que los cálculos además toman como referencia estudios de una ciudad como Mexicali, que nada tiene que ver con las características de Xalapa, su parque vehicular y mucho menos con el sitio donde se construye.

Explicó que las emisiones totales de los vehículos actualmente es de 4 mil 270.9 toneladas de dióxido de carbono al año, y con la realización del puente se registrarían emisiones de 2 mil 956.5 toneladas anualmente; es decir que el ahorro sería de 1 mil 314.6 toneladas y no de 14 mil 555 toneladas como afirma la Sedema.

Salazar Neumann añadió que el análisis sobre los servicios ambientales que brindaban los 49 árboles talados en el camellón —y que mantienen en protesta a ciudadanos xalapeños desde julio pasado— se hizo con información “sesgada” con la intención de minimizar su aporte.

Esto pues la Sedema afirma que los 49 árboles de Lázaro Cárdenas producen 681 gramos de compuestos orgánicos volátiles( COV) al año los cuales son precursores de ozono, pero es el ozono el principal contaminante que capturaban los árboles con 3.8 kilogramos analmente; es decir un 6 veces más ozono capturado que el emitido.

“También llama la atención que, dada la preocupación de la Sedema por la producción de ozono, jamás haga una estimación de este contaminante debido a los vehículos automotores siendo estos una de las principales fuentes de emisión”, comentó.

Añadió que otro ejemplo del sesgo en la información presentada es la del “riesgo de plagas” que presentan los 49 árboles pues afirma que son susceptibles a 53 especie de plagas, pero en su propio estudio no se encontró ni un solo árbol infectado con alguna de estas plagas.

En el análisis, Salazar Neumann establece que el sembrar 400 árboles en El Tejar como medida de compensación por la obra en Lázaro Cárdenas no justifica el derribo de los 49 árboles.

“El otro aspecto que resalta en las conclusiones del documento de la Sedema es el tiempo que tardarán ser sustituidos los servicios ambientales que prestaban los 49 árboles (específicamente la captura de Co2) es de diez años”, dijo.

Contrastó que mientras la Sedema afirma que los árboles que se sembraron superan los 7.6 centímetros de diámetro y tenían una altura de al menos 1.37 metros, en los registros fotográficos que el mismo Gobierno del estado ha difundido sobre esta reforestación, son árboles de unos 20 centímetros de alto y cuyo tronco no rebasa los 4 centímetros.

A esto se suma que en el Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) se afirma que el objetivo de la obra es «resolver los puntos de conflicto vehicular de la zona», es decir, mejorar el tráfico de la avenida Lázaro Cárdenas y no por un compromiso con el medio ambiente disminuyendo las emisiones de Co2.

Salazar Neumann agrega que en la MIA se identifican una serie de impactos que tendrá la obra del puente, y que el 70 por ciento de estos son impactos adversos o nulos dentro de los cuales se encuentran la contaminación del aire, del suelo y del agua así como contaminación por ruido y afectación a la flora y la fauna y que a pesar de ello la obra fue aprobada.

“El estudio presentado por la Sedema pone en duda la capacidad de esta Secretaría de llevar a cabo estudios serios. También pone en evidencia la carencia de información fidedigna y de estudios indispensables para la toma de decisiones”.

Esto pues no se reportan cuántos vehículos de cada clase circulan por la avenida Lázaro Cárdenas tales como autos, autobuses, vehículos pesados y motocicletas, y por tanto no puede saberse si son los autos particulares locales los principales causantes del tráfico o bien los vehículos pesados foráneos.
“De estos datos depende la solución que se dé, por ejemplo, invertir en transporte público o bien en un libramiento”, señaló.

La especialista indicó que la construcción del puente y la política del Gobierno van en contra de la tendencia mundial de desincentivar el uso del automóvil particular y favorecer al transporte público.

Y que al privilegiar el uso de los automóviles el gobierno del Estado viola la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial que señala que la planeación, diseño e implementación de las políticas públicas, planes y programas en materia de movilidad deberán favorecer en todo momento a la persona, los grupos en situación de vulnerabilidad y sus necesidades, garantizando la prioridad en el uso y disposición de las vías.

“Resulta sumamente preocupante la posibilidad de que la Sedema haya incurrido en falsear datos para apoyar la obra”.

AVC/Perla Sandoval

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