El primer ser humano que recibió un corazón de cerdo modificado genéticamente apenas sobrevivió dos meses. Los cirujanos esperan que este trasplante dure más
Un hombre de 58 años se ha convertido en la segunda persona en recibir un trasplante de corazón de un cerdo modificado genéticamente. El paciente, Lawrence Faucette, estaba al borde de la muerte por insuficiencia cardíaca y no reunía los requisitos para un trasplante tradicional con un órgano humano.
Los cirujanos del Centro Médico de la Universidad de Maryland le ofrecieron la posibilidad de someterse a un procedimiento experimental que solo se había probado una vez. Faucette aceptó y, tras someterse a la operación el 20 de septiembre, su corazón funciona bien sin la ayuda de ningún dispositivo de apoyo. “Al menos ahora tengo esperanza y una oportunidad”, declaró Faucette en un comunicado de la universidad antes de la intervención.
Vivir con el corazón de un cerdo
El grupo de Maryland y otros llevan décadas estudiando los xenotrasplantes, o trasplantes de órganos de animales a personas, como forma de paliar la escasez de órganos de donantes. Solo en Estados Unidos, más de 104,000 personas esperan un trasplante, y 17 de ellas mueren cada día. Más de 3,000 necesitan específicamente un corazón, según la Red de Adquisición y Trasplante de Órganos.
Los investigadores han recurrido a los cerdos como posibles donantes porque sus órganos tienen un tamaño similar al de los humanos. Pero el procedimiento presenta muchas incertidumbres. Los órganos porcinos no son compatibles por naturaleza con el cuerpo humano y es probable que desencadenen una respuesta inmunitaria fatal. Para que sus órganos sean más adecuados para las personas, los científicos han estado manipulando los genes de los cerdos donantes. El cerdo utilizado para el trasplante de Faucette tenía un total de 10 modificaciones genéticas. Tres de los genes responsables del rechazo inmunitario se eliminaron, mientras que un cuarto se suprimió para reducir el riesgo de virus innatos que portan los cerdos. Se añadieron seis genes humanos responsables de la aceptación inmunitaria.
El primer intento
La primera persona que recibió un corazón de cerdo modificado genéticamente, David Bennett, lo hizo en enero de 2022. El corazón tenía las mismas modificaciones genéticas que el de Faucette, y el trasplante también fue realizado por el equipo de Maryland. Al principio funcionó. Durante siete semanas, Bennett mostró una función cardiaca fuerte sin signos evidentes de rechazo agudo, una complicación que surge si el sistema inmunitario de la persona trata el nuevo órgano como extraño y lo ataca.
Sin embargo, murió dos meses después de un fallo cardíaco repentino. Los investigadores de Maryland han estado estudiando su caso con la esperanza de mejorar las probabilidades de supervivencia de pacientes posteriores. “Creo que hemos aprendido prácticamente todo lo que podemos aprender de los tejidos de David y de su evolución clínica”, declaró a WIRED en diciembre Bartley Griffith, el cirujano que llevó a cabo ambos trasplantes. “Creemos que podemos evitar algunos de los problemas que tuvimos con David, porque le fue muy bien durante mucho tiempo”. Al ser contactado por correo electrónico el lunes, el equipo de Maryland declinó una entrevista sobre el caso de Faucett, diciendo que todavía están “al principio del proceso” con el trasplante.
En junio, ese equipo publicó un análisis de las causas del fallo cardíaco de Bennett. Llegaron a la conclusión de que probablemente intervinieron varios factores, entre ellos su mal estado de salud antes del trasplante. Los investigadores de Maryland también detectaron en la sangre de Bennett restos de un virus porcino latente, el citomegalovirus porcino (PCMV). Este virus puede causar inflamación y daño celular. No hay pruebas de que este virus se propagara más allá del corazón, pero puede haber contribuido al fracaso del trasplante.
Encontrar el balance
“Sabemos por experimentos con primates que cuando el citomegalovirus porcino se activa en xenoinjertos en babuinos, le pasan cosas malas al babuino y cosas malas al xenoinjerto”, explica Richard Pierson, director científico del Centro de Ciencias de Trasplantes del Hospital General de Massachusetts, que no participó en los trasplantes de corazón.
En cualquier trasplante de órganos, los médicos intentan encontrar un equilibrio entre la prevención de infecciones y el control del sistema inmunitario. Sin fármacos inmunosupresores, el órgano trasplantado será rechazado. Pero administrar a los pacientes una cantidad excesiva de estos fármacos los hace susceptibles a las infecciones.
Eso es lo que los investigadores creen que ocurrió en el caso de Bennett. Para tratar la infección por citomegalovirus, los médicos administraron a Bennett una terapia llamada inmunoglobulina intravenosa, destinada a pacientes con sistemas inmunitarios comprometidos, incluidos los pacientes trasplantados. El tratamiento, un conjunto concentrado de anticuerpos procedentes de miles de donantes humanos, contenía probablemente anticuerpos naturales que atacaron el órgano porcino y dañaron las células musculares.
Los médicos de Maryland están tomando diversas medidas para evitar que el nuevo corazón de Faucette sea rechazado. Por un lado, informaron a WIRED en diciembre de que habían desarrollado una nueva prueba más sensible para detectar cantidades muy pequeñas de ADN del virus porcino. Antes del último trasplante, se realizaron pruebas periódicas en el cerdo donante para detectar el CMV y otros virus porcinos, así como bacterias y parásitos. “En la actualidad, no tenemos motivos para creer que este cerdo donante esté infectado por el PCMV porcino, que es el virus que se identificó en nuestro primer receptor de xenotrasplante”, declaró un portavoz de la universidad a WIRED en un correo electrónico.
La esperanza de una nueva oportunidad
Los médicos están tratando a Faucette con fármacos inmunosupresores tradicionales, junto con una terapia de anticuerpos en investigación denominada tegoprubart, desarrollada por la empresa biotecnológica californiana, Eledon Pharmaceuticals. El fármaco bloquea la CD154, una proteína implicada en el rechazo inmunitario, y se administra por vía intravenosa cada tres semanas. Al igual que otros fármacos inmunosupresores, Faucette debe recibirlo durante el resto de su vida para evitar que su nuevo corazón sea rechazado. “Cuando se bloquea este receptor, es muy, muy eficaz para prevenir el rechazo del trasplante”, aclara Steve Perrin, presidente y director científico de Eledon.
Cuando los cirujanos de Maryland realizaron el trasplante de Bennett en enero de 2022, no tenían acceso al fármaco de Eledon porque aún no se había probado en humanos. Ahora, más de 100 personas han recibido el fármaco en los primeros ensayos clínicos. Tegoprubart también se ha probado en primates no humanos y se ha demostrado que aumenta la vida de los órganos de cerdo trasplantados en esos animales.
Las próximas semanas serán cruciales para determinar si el corazón porcino trasplantado seguirá funcionando con normalidad. “Tengo la esperanza de que este sea el régimen correcto para el paciente y que pueda vivir una larga vida con el xenoinjerto”, manifiesta Jayme Locke, cirujano especialista en trasplantes abdominales de la Universidad de Alabama en Birmingham quien no participó en los casos de corazón. En agosto, el equipo de Locke publicó un estudio que demostraba que un riñón de cerdo modificado genéticamente funcionó con normalidad en un paciente con muerte cerebral durante una semana.
En otro experimento de xenotrasplante, un equipo de la NYU Langone anunció a principios de este mes que había mantenido en funcionamiento un riñón de cerdo durante dos meses en una persona con muerte cerebral.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU aprobó de urgencia la operación de Faucette a principios de este mes a través de su vía de “uso compasivo”. Este proceso, que también se utilizó para el trasplante de Bennett, se aplica cuando un producto médico no aprobado, en este caso, el corazón de cerdo modificado genéticamente, es la única opción para un paciente con una enfermedad grave o potencialmente mortal.
Pierson cree que estos casos individuales de trasplantes de cerdo a humano ayudarán a generar las pruebas necesarias para ensayos clínicos más formales que incluirán a múltiples pacientes. Es optimista y cree que el corazón de cerdo funcionará durante más tiempo en este segundo paciente. “Puede que no funcione cada vez que lo hagamos, pero vamos a aprender mucho de estos casos puntuales”.
es.wired.com
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