Tal como ocurrió con Claudia Sheinbaum, que desde hace más de un año todo mundo dio por hecho que ella sería la aspirante elegida por Morena para contender por la Presidencia de la República en 2024, ahora está por repetirse la misma historia en Veracruz con la secretaria de Energía, Rocío Nahle, quien está por registrarse para participar en la encuesta mediante la cual el partido guinda designará al llamado coordinador o coordinadora de Defensa de la Transformación en el estado, un título que para evadir la ley electoral le impondrán de manera provisional a quien posteriormente postularán a la gubernatura.
Igual que Sheinbaum, la titular de la Sener es la candidata favorita del presidente Andrés Manuel López Obrador para suceder a su gobernador consentido, Cuitláhuac García, en Veracruz. Su caso es muy parecido al de la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México. El tabasqueño ha traído de la mano a Nahle desde hace ocho años, cuando en 2015 la designó coordinadora de la primera diputación federal de Morena; luego, en 2018, la hizo senadora y, en diciembre de ese mismo año, la nombró secretaria de Energía, asignándole la construcción de la nueva refinería de Dos Bocas, en Tabasco, su estado natal, uno de los cuatro icónicos megaproyectos de su sexenio
Todavía hasta ahora, dentro y fuera de Morena, la mayoría de sus adversarios y malquerientes siguen suponiendo que la refinería Olmeca terminaría siendo el Waterloo de Nahle por su cuestionado retraso y excesivo sobrecosto, pero afortunadamente para ella el presidente “tiene otros datos”.
Además, AMLO ya le entregó el simbólico bastón de mando a Sheinbaum, aliada incondicional de Nahle. La exjefa de Gobierno de la CDMX ya comenzó a mandar señales de quiénes serán sus elegidos para acompañarla el próximo sexenio. El caso más ilustrativo es el de su exjefe policiaco Omar García Harfuch, perfilado para contender por la capital del país pese a la remarcada distancia que desde el inicio de su administración interpuso López Obrador con el nieto del general Marcelino García Barragán, exsecretario de la Defensa Nacional, por sus vínculos con Genaro García Luna, el exsecretario calderonista de Seguridad Pública preso en Estados Unidos por su complicidad con el cártel de Sinaloa.
Sheinbaum elegirá –o al menos avalará– a la mayoría de los candidatos morenistas a gobernadores, senadores y diputados federales. No fue fortuito, por ejemplo, que la dirigencia nacional del partido obradorista modificara la conformación de la Comisión Nacional de Elecciones para sumar a sus operadores y los del gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, quien como presidente del Consejo Nacional operó su designación como coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación.
Uno de ellos es Abraham Carro, quien, entre otras funciones, coordinó la campaña a favor de Sheinbaum con jóvenes y trabajó en la Ayudantía del presidente López Obrador.
Otro es Álvaro Bracamontes, quien era secretario de Gobierno en Sonora y actualmente es el secretario técnico del Consejo Nacional que preside Durazo.
Esa Comisión es clave en el proceso, pues se encarga de negociar candidaturas, así como agregar o quitar nombres de las encuestas.
Inclusive, anteayer, el dirigente nacional Mario Delgado advirtió que para cumplir con la paridad de género, podrían quitar candidaturas a varones aunque hayan ganado la encuesta.
En este órgano interno, además de Delgado Carrillo, se mantienen también la secretaria general Citlalli Hernández y el secretario de Organización, Alejandro Peña, ambos simpatizantes de la candidatura presidencial de Sheinbaum.
Peña, fundador de Morena, es considerado una de las personas cercanas al senador Gabriel García Hernández, ex poderoso exfuncionario que hasta junio de 2021 se desempeñó como coordinador general de Programas para el Desarrollo del gobierno federal, del cual dependía el ejército de miles de los llamados Servidores de la Nación.