Ya estuvo. La convocatoria con la que Morena elegirá mediante encuestas a quienes serán Coordinadores Estatales en Defensa de la Cuarta Transformación en nueve estados de la República, se dio a conocer este martes. Aunque ese kilométrico título lo que quiere decir es que serán candidatos a gobernadores o gobernadoras de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán y la Ciudad de México.

¿Qué tiene de novedosa la convocatoria?

Quizá lo único es que los aspirantes no están obligados a renunciar a sus cargos y tampoco harán recorridos proselitistas, porque serán las encuestas las que definirán al ganador o ganadora. Es decir, será Andrés Manuel el que los elija.

Acá en Veracruz un jovial, alegre y hasta rejuvenecido Esteban Ramírez Zepeta (caray, lo que hace el amor), líder estatal de Morena, dijo que serán seis los candidatos que se someterán a las encuestas; pero si quieres hacer bulto lector le puedes entrar al jaleo, sólo es cosa de que te inscribas aunque no seas de Morena.

Los que están más que puestos para entrar en la competencia son Rocío Nahle, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, Sergio Gutiérrez y Eric Cisneros que mandó al diablo su promesa de no contender y dijo que está estudiando la posibilidad de participar porque “todo el que respira, aspira”.

Aunque es evidente que la lista va a crecer porque nunca faltan los incautos, tanto la convocatoria como las encuestas son la pura faramalla porque la decisión ya está tomada desde hace rato en Palacio Nacional y la candidata a la gubernatura será la zacatecana Rocío Nahle.

Lo que no deja de llamar la atención es que sabiendo como lo saben, los demás aspirantes acepten participar en esta patética y absurda comedia. Y otros le entren nomás por el gusto de fregar, como es el caso de Eric Cisneros que jamás será candidato y menos gobernador, ni aunque sea el único aspirante tanto de Morena como de los partidos de oposición.

Y a todo esto, ¿qué dice la convocatoria?

Babosadas como éstas:

“Queda estrictamente prohibido que quienes son aspirantes realicen acusaciones públicas contra el partido, sus órganos de Dirección u otros aspirantes o protagonistas, o en su caso, cometan actos de violencia física contra otros miembros o el patrimonio del partido”. Pura palabrería insulsa; aún no empieza la farsa y tiene meses que los aspirantes se han atizado con lo que han podido porque la unidad partidista nomás no existe. Y menos cuando se trata de la gubernatura.

Otro de sus párrafos ordena: “Queda prohibido el uso de campañas dispendiosas y anuncios espectaculares (ji ji ji); el uso de recursos públicos de cualquier naturaleza (je je je); intervención de servidores públicos en favor o en contra de los participantes (ja ja ja); la utilización de programas sociales (jua jua jua)”. Sin palabras, lector.

Una vez oficializada la faramalla habrá dispendio a lo bárbaro, descalificaciones sin cuento, un cochinero a la hora de contar las encuestas y una ganadora: Rocío Nahle que habrá sido elegida “por la voluntad del pueblo veracruzano”.

Ora pues.

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