¿Sabías que la Torre Latinoamericana, o como le decimos de cariño “la Latino”, se inauguró en 1956?, pero sus 66 años no son lo más impresionante: ¡ha resistido tres de los sismos de mayor intensidad! ¿Su daño más grave? Un par de vidrios rotos.
Sí, este rascacielos permaneció de pie incluso en 1985, cuando cientos de edificios se derrumbaron en la Ciudad de México, luego de que el terremoto de 8.1 grados azotó a la capital del país, solo basta con buscar las fotografías de ese momento.
Así que quizás te estés preguntando a qué se debe y cómo es que ha logrado sostenerse sin siquiera sufrir daños estructurales en más de seis décadas: ¿Gatos hidráulicos?, ¿un pacto con el diablo?
Hay muchas leyendas urbanas a su alrededor y lamentamos decirte que son falsas, aunque la verdadera explicación es fascinante, ya que todo se debe a la manera en la que fue diseñada y construída.
Un poquito de historia: quién diseñó la Torre Latino
La Torre Latinoamericana, una joya antisísmica de la arquitectura moderna, es un proyecto orgullosamente mexicano, el diseño corrió a cargo del arquitecto Augusto H. Álvarez, quien fiel al movimiento moderno, plasmó su deseo de construir un edificio esbelto y alto, tal como los rascacielos de Estados Unidos.
Así, tomó como referencia el Empire State Building de Nueva York para crear uno de los edificios más emblemáticos de la capital; sin embargo, el reto era muy grande, ya que no solo sería la torre más alta de Latinoamérica, sino que las condiciones del suelo de la Ciudad de México no son las más propicias para hacerlo.
Recordemos que la capital está ubicada sobre lo que alguna vez fue el Lago de Texcoco, lo que hace que el suelo sea blando; pero eso no es todo, México se encuentra sobre el cinturón de fuego del Pacífico, una zona altamente sísmica.
Si aún no dimensionas lo complicado que puede ser hacer edificios en la Ciudad de México, imagina cómo sería elevar una construcción sobre una gelatina. Ante la dificultad, Augusto hizo equipo con otros expertos para encontrar una solución.
Así, se reunió con el ingeniero civil y geólogo Leonardo Zeevaert y Nathan M. Neumark, ingeniero estadounidense que es considerado uno de los padres fundadores de la ingeniería sísmica.
Todos llegaron a la conclusión de que el esqueleto del ambicioso rascacielos sería de acero liviano y resistente; mientras que en la fachada se colocarían ventanas.
Como un dato curioso, la estructura de la Latino fue mandada a hacer en la compañía McClintic-Marshall, que también se encargó de realizar la estructura de acero para el Empire State Building.
¿Cómo no se ha caído? Las claves para entenderlo
Pero, volvamos a la pregunta inicial, ¿cómo logras construir un rascacielos sobre una “gelatina” y hacer que resista tres terremotos, y miles de sismos de baja intensidad? Hay algunas claves que pueden ayudarte a entenderlo.
La Torre Latinoamericana no cuenta con gatos hidráulicos, lo que le brinda un gran soporte son los 361 pilotes de hormigón en forma de punta que se colocaron debajo de la construcción a más de 30 metros de profundidad.
Al escarbar hasta ese punto, lograron evitar toda la zona inestable del subsuelo, llena de agua y arena, ya que los pilotes se enganchan en la primera capa de tierra dura y estable, explica José María Nava, arquitecto en entrevista con el diario El País.
Así es como logran soportar las 25 toneladas de peso de la Torre Latinoamericana en un suelo tan inestable como el de la Ciudad de México, pero eso no es todo, ya que en su construcción también aplicaron el “principio de flotación”.
Este es muy similar al que usan las embarcaciones: “Para que un barco flote, su estructura tiene que estar hueca y tener aire dentro para que el agua lo empuje hacia arriba”, explica José María Nava.
En el caso de la Torre Latino el principio es el mismo, ya que cuenta con tres sótanos completamente huecos que le permiten “flotar” en el suelo y que, en caso de temblores, se mueva sin caer.
“Se balancea como una embarcación en una oleada y al mismo ritmo que el suelo”, explicó el experto para el diario El País. Todo lo anterior, junto a la estructura de acero, permiten que la Latino “absorba de mejor forma las vibraciones producidas durante un sismo”, señala la revista especializada en arquitectura AD.
La Torre Latinoamericana se inauguró en 1956 y se convirtió en el primer rascacielos de América Latina; además, la innovadora tecnología que se implementó en su construcción sirvió de ejemplo para crear rascacielos en otras partes del mundo con un alto riesgo sísmico como Japón y Chile.
Los sismos que ha resistido la Latino
El primer terremoto al que la Torre Latinoamericana se enfrentó fue el que ocurrió en 1957, tan sólo un año después de haberse inaugurado, éste ocurrió la madrugada del 28 de julio y tuvo una magnitud de 7.7.
La percepción del movimiento telúrico fue muy intenso en algunas zonas de la Ciudad de México, principalmente en los lugares de suelo blando e incluso algunos edificios sufrieron colapsos.
Más tarde se presentó el terremoto de 1985, el 19 de septiembre, de 8.1 grados, escala Richter, el cual generó graves daños en la Ciudad de México, ya que tras éste ocurrieron algunas réplicas como la del 20 de septiembre.
Ésta provocó que estructuras y edificios que habían sido afectados el día anterior, terminaran por colapsar; convirtiéndose así en uno de los eventos naturales más mortíferos para nuestro país.
El terremoto más reciente al que sobrevivió la Torre Latinoamericana fue al del 19 de septiembre de 2017, con una magnitud de 7.1 grados. En esta ocasión el rascacielos sí tuvo un ligero percance: algunos vidrios rotos.
Hasta ahora, la Latino es considerada como uno de los edificios más seguros de la Ciudad de México e incluso está diseñada para soportar un terremoto de 9 grados, de acuerdo con Pedro Fossas, director de la Inmobiliaria Torre Latinoamericana en entrevista con el diario Milenio.
Reporte Indigo