Tras 61 días de observación, los médicos del Langone Health de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos) han completado este mes el caso más largo documentado de funcionamiento de un riñón de cerdo manipulado genéticamente en un cuerpo humano, lo que ofrece nuevas esperanzas para el futuro del trasplante.
El procedimiento, conocido como xenotrasplante, que consiste en el trasplante de un órgano animal a un ser humano, se llevó a cabo el 14 de julio de 2023 y fue dirigido por Robert Montgomery, profesor y presidente del Departamento de Cirugía H. Leon Pachter y director del Instituto de Trasplantes Langone de la NYU.
El órgano, que se trasplantó a un hombre de 58 años conectado a un respirador artificial, con el consentimiento de su familia, tras ser declarado muerto por criterios neurológicos antes del xenotrasplante, se extrajo el 13 de septiembre de 2023.
“Hemos aprendido mucho a lo largo de estos dos últimos meses de observación y análisis minuciosos, y hay grandes motivos para albergar esperanzas de cara al futuro”, ha declarado el doctor Montgomery. “Nada de esto habría sido posible sin el increíble apoyo que hemos recibido de la familia de nuestro receptor fallecido. Gracias a ellos, hemos podido adquirir una visión crítica del xenotrasplante como solución esperanzadora a la escasez nacional de órganos”, ha apuntado.
El estudio concluyó tras alcanzar su fecha de finalización predeterminada, con el fallecido desconectado del respirador y su cuerpo devuelto a la familia, según sus deseos.
El procedimiento fue el quinto xenotrasplante realizado por el Instituto de Trasplantes desde que el doctor Montgomery llevó a cabo el primer trasplante de riñón de cerdo modificado genéticamente en un ser humano el 25 de septiembre de 2021.
A este le siguió un segundo procedimiento similar el 22 de noviembre de 2021. A continuación, los cirujanos del NYU Langone realizaron dos trasplantes de corazón de cerdo modificado genéticamente en el verano de 2022.
El riñón utilizado en este procedimiento se obtuvo de lo que se conoce como un cerdo GalSafe, un animal diseñado por Revivicor Inc, una filial de United Therapeutics Corporation. En diciembre de 2020, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el cerdo GalSafe como fuente potencial para terapias humanas, así como fuente de alimento para personas con síndrome alfa-gal, una alergia a la carne causada por la picadura de una garrapata.
Al ‘eliminar’ el único gen que codifica la biomolécula conocida como alfa-gal -que se ha identificado como responsable de un rápido rechazo mediado por anticuerpos de los órganos porcinos por parte de los humanos- se ha evitado el rechazo inmediato en los cinco xenotrasplantes del NYU Langone. Además, la glándula timo del cerdo, responsable de la educación del sistema inmunitario, se fusionó con el riñón porcino para evitar nuevas respuestas inmunitarias retardadas.
Mientras que en anteriores trasplantes de órganos porcinos modificados genéticamente se habían incorporado hasta 10 modificaciones genéticas, este último estudio demuestra que un riñón porcino ‘knockout’ de un solo gen puede funcionar de forma óptima al cabo de dos meses.
103.000 personas en lista de espera
Los tejidos recogidos durante el estudio indicaron algunos cambios celulares novedosos que los cirujanos no habían observado antes, lo que indicaba un proceso de rechazo leve que requería intensificar la medicación inmunosupresora para revertirlo por completo.
El equipo de investigación estudiará ahora los datos recogidos en los dos últimos meses y realizará pruebas adicionales para determinar los cambios celulares y moleculares que puedan informar a los médicos sobre cómo tratar estos órganos en futuros estudios y, algún día, en seres humanos vivos.
En Estados Unidos hay más de 103.000 personas en lista de espera para un trasplante, de las cuales casi 88.000 esperan un riñón, según datos recientes de la Red de Adquisición y Trasplante de Órganos. En 2022, unas 26.000 personas recibieron un trasplante de riñón. Mientras tanto, casi 808.000 personas en Estados Unidos padecen enfermedad renal terminal.
“Para crear un suministro ilimitado y sostenible de órganos, necesitamos saber cómo gestionar los órganos porcinos trasplantados a humanos”, ha dicho el doctor Montgomery. “Probarlos en un difunto nos permite optimizar el régimen de inmunosupresión y la elección de ediciones genéticas sin poner en riesgo a un paciente vivo”, ha añadido.
El doctor Montgomery espera publicar resultados más detallados en los próximos meses, al tiempo que prosigue otros estudios de xenotrasplante en difuntos para que los futuros ensayos clínicos sean más seguros.
20minutos.es