Fue por la mañana de este jueves, antes de que Claudia Sheinbaum recibiera el bastón de mando, que Rocío Nahle se destapó, ahora sí en serio, como aspirante a la candidatura de Morena a la gubernatura de Veracruz.

La zacatecana estuvo en una comunidad de Misantla donde dio el banderazo a la construcción de una microeléctrica (que como la refinería de Dos Bocas, dejará inconclusa). Al término de la ceremonia dijo que cuando se emita la convocatoria de Morena para elegir al abanderado a la gubernatura: “sin duda, estaré participando”.

Entrevistada por la periodista Claudia Montero, agregó que no tiene fecha para separase del cargo como Secretaría de Energía ya que eso dependerá de los tiempos que marque su partido para la convocatoria y soltó una mentira: “este año es de cosechas; estamos con el presidente terminando las obras y ayudándolo a la conclusión de ellas en el sector de energía”.

¿Cuáles obras está haciendo la Sener? ¿En qué estados de la República? Eso no lo dijo la mujer. Pero a quién le puede importar cuando la nota fue que buscará ser candidata y luego gobernadora de su estado de adopción.

¿Le dieron permiso de aventarse al ruedo? Es evidente que sí. Rocío no daría tamaño paso si no fuera con el huarache que le aventaron desde Palacio Nacional.

Pero de que sea la candidata eso está por verse.

En mi columna del martes hablé de la sarta de mentiras que ha inventado con la refinería. La última, presentar un video donde un trabajador petrolero tiene en su regazo una botella de a litro que supuestamente contiene gasolina. “Muy bien, ahí vamos ahí vamos. Ya empezamos y aquí está la primera producción de la gasolina Nafta”, dice la mujer.

El miércoles comenté que el día del Quinto Informe del presidente López Obrador, el único político veracruzano de peso invitado a la fiesta fue el diputado local Juan Javier Gómez Cazarín, al que el presidente colocó en la primera fila, lo apapachó y con quien aceptó tomarse varias selfies.

“Una de dos; o el presidente le encargará a Juan Javier todo lo relacionado con la campaña de Rocío Nahle hasta llevarla a la gubernatura, o quizá lo quiere para suceder a Cuitláhuac en Palacio de Gobierno”, comenté.

Y Pudiera ser…

Perverso como es, pero también impredecible, el tabasqueño quizá le está dando alas a Nahle para que vuele y después cortárselas. Aunque puede que a pesar del desastre de Dos Bocas, se haya decidido por ella como su carta fuerte para Veracruz.

Mientras esto sucede, los demás aspirantes de Morena como Sergio Gutiérrez que lleva gastados quién sabe cuántos millones de pesos que no son suyos en armar mítines de antología, o Manuel Huerta que parece Santa Claus repartiendo despensas a diestra y siniestra, al parecer les tocará como premio de consolación una curul en la próxima Legislatura federal. Lo que viéndolo bien y despacio no estará nada mal si tomamos en cuenta que a Sergio lo pueden llamar las autoridades para que explique de dónde ha sacado tanto dineral y a Manuel para que responda por hostigamiento y presunta violación sexual.

Pero todo esto se sabrá hasta que se sepa. Ni un minuto antes, ni un segundo después.

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