Ninguno de los tres niveles de gobierno tiene una política pública que invite a los vendedores ambulantes a pagar impuestos, y cuando se viven tiempos electorales menos se arriesgan las autoridades a poner orden, al contrario, mantienen la informalidad con el fin de obtener votos, indicó el presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos (Canaco–Servytur), Carlos Luna Gómez.
Los vendedores informales ponen en desventaja a los empresarios que si pagan impuestos al Sistema de Administración Tributaria (SAT); al ofrecer Seguro Social a sus empleados y cumplir con la serie de requisitos de Protección Civil, Comercio y Desarrollo Urbano municipal entre otros, explicó.
Sin embargo, aunque la Iniciativa Privada insista una y otra vez que el comercio informal pague impuestos y los dueños de puestos en las calles cumplan cómo patrones, lo cierto es que los gobiernos federal, estatal y municipal no tienen un programa o políticas públicas para facilitar la formalidad.
“No existe una política para que el empresariado, el emprendedor le den ganas de volverse formal, ese sería el inicio; de acuerdo a las modificaciones con la secretaria del Trabajo a nivel federal se tienen que complementar hasta 275 requisitos o puntos para estar dentro de la formalidad, a eso se le aumenta la SHyCP, SAT y ayuntamiento” explicó.
A esto se le agrega, que a lo largo de la historia, las y los ciudadanos incumplidos con el pago de impuestos se justifican al decir que prefieren no contribuir porque el dinero se va en actos de corrupción o campañas políticas.
“Tienen descredito las instituciones, porque a lo largo de la historia la corrupción ha imperado”, expuso.
Además, al continuar en el ambulantaje, los dueños de estos negocios en las calles se ahorran las revisiones de la secretaría del Trabajo, Previsión Social y Productividad (STPSyP); de la secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHYCP) y Protección Civil.
“La política pública que hoy tenemos en apertura de empresas es punitiva; por parte del estado no hay facilidad para que las personas emprendedoras quieran abrir su negocio, aquellos que se avientan a la formalidad son cómo Juan Escutia, a ver a que hora caen en el suelo y cuánto va a quedar después de iniciar esta gran aventura”, afirmó.
AVC/Verónica Huerta