El sábado anterior, 22 de julio, a las 21:49 horas, la policía estatal detuvo a Juan Pablo Cazarín Nieves en Juan Díaz Covarrubias, congregación del municipio de Hueyapan de Ocampo. Fue detenido en la calle Veredas Covarrubias, cerca del panteón local, porque en estado de ebriedad echó disparos al aire con una pistola vieja, marca Ceska, de uso exclusivo del Ejército.

Como la infracción era del fuero federal, los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del estado lo trasladaron y presentaron ante el representante de la Fiscalía General de la República (FGR) en la subsede de Cosamaloapan, territorio del secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, lo que hizo especular que este episodio era uno más de la ruda confrontación del titular de la Segob con el diputado Juan Javier Gómez Cazarín, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso local.

Ante los comentarios que desató la detención de su pariente, el coordinador del grupo legislativo de Morena dio la cara y confirmó que Juan Pablo sí es su familiar, pero lejano.

Además, dijo que tras su detención fue dado de baja de la nómina del Congreso del Estado, donde cobraba como auxiliar.

“Sí es mi primo, pero como en quinta o sexta generación. No vamos a permitir esos actos. Y va para todos mis amigos y conocidos míos: el hecho que sean familiares o conocidos no les da el derecho de traer una pistola. Yo no cubro ese tipo de acciones, y que se aplique la justicia hasta donde se tenga que aplicar”, afirmó Gómez Cazarín.

El legislador morenista mencionó que, en la región de los Tuxtlas, desde Lerdo de Tejada, San Andrés, Santiago Tuxtla, Cabada, Catemaco, Hueyapan de Ocampo y hasta Nanchital, hay más de mil personas con el mismo apellido, por lo que remarcó que él no puede responder por todos ellos.

Asimismo, reiteró que no va a tapar a nadie que haga cosas malas. “No voy a andar atrás de 500 o mil ‘cazarines’ para ver si traen una pistola, y si la traen pues se tiene que someter a la justicia, ni modo, como cualquier ciudadano, no por ser familiares o conocidos míos se les va a proteger”, sostuvo.

No faltó quien le preguntara si el tema se había politizado, ya que la titular de la Fiscalía General del Estado, Verónica Hernández Giadáns, exsubordinada incondicional de Cisneros Burgos, había salido a hablar del tema sin ser de su competencia. “Ella sabrá lo que dice, pero lo que sí pido es que se aplique la justicia para todos y todos los veracruzanos, no porque sea diputado no me van a aplicar la justicia”, insistió.

Gómez Cazarín no es el primero que tiene que lidiar con un pariente incómodo. Hace año y medio, en enero de 2022, se difundió un video en el que se ve y se escucha a un jefe del grupo criminal “Los Cuatro Letras”, brazo armado del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la Cuenca del Papaloapan, interrogar a Alejandro Roca Andrade, hijo de Dámaso Luis Roca Burgos –primo en segundo grado de Eric Cisneros–, el cual confiesa que le fueron entregados cinco millones de pesos por su tío para reclutar sicarios para el Cártel de Sinaloa, con el propósito de “calentar” esa región cuenqueña.

Morena Veracruz: una dirigencia ausente y sin rumbo

Por cierto, las divisiones y fracturas al interior de Morena en Veracruz están dejando una estela de señalamientos y denostaciones entre miembros y simpatizantes del Movimiento Regeneración Nacional. Después de su reelección como dirigente estatal, Esteban Ramírez Zepeta ha pasado desapercibido y en la opacidad. Así, mientras las “corcholatas” presidenciales no bajan el ritmo de sus giras de posicionamiento, en el partido guinda pareciera que a sus directivos locales no les interesa el rumbo que tomará México y Veracruz en las próximas elecciones.

La percepción, hasta el momento, es que no existe rumbo y mucho menos unidad. Las divisiones entre los principales actores políticos del gabinete estatal evidencian la falta de oficio político de la dirigencia estatal, que tampoco ha mostrado interés ni capacidad de conciliación. En cuanto al resto de los cuadros directivos, abundan los jóvenes pero grises, sin vocación ni conocimiento de la política, reducidos a simples acompañantes interesados sólo en salir en la fotografía.

Si bien es cierto que en este momento no se percibe una oposición fuerte, deberían de estar alertas ya que en política nada está definido y, en el peor de los casos, podría existir una desbandada de militantes hacia otro partido, ya que no son tomados en cuenta en la toma de decisiones.

Los escándalos y excesos con el alcohol por parte de Ramírez Zepeta han sido una constante durante su gestión. En el círculo rojo del poder ha dejado de ser bien visto, por lo que en cualquier momento pudiera ser removido de su cargo, pues si bien el “efecto AMLO” hasta ahora los ha ayudado, aún está por verse si el carisma presidencial les alcanza para arrasar en las elecciones del 2024 como en 2018, ya que en los próximos comicios el nombre del fundador y guía moral de Morena no aparecerá en las boletas, y en Veracruz no se ve un líder nato que pueda tomar decisiones firmes para poner orden dentro del partido obradorista ante el inminente desbordamiento de las pasiones que desatará el reparto de candidaturas.