¿Alguna vez has reflexionado sobre el poder que tiene tu mente y cómo influye en tu cuerpo? Sabemos que el cerebro tiene una gran capacidad, pero, ¿a tal grado de poder tener orgasmos tan solo con pensar en ellos? Aunque puede parecer una fantasía es real.
Se trata de una técnica conocida como neurosexo y los orgasmos mentales, los cuales también han sido llamados cerebrales, alternativos, inducidos por imágenes y otros nombres curiosos.
¿Qué es el orgasmo mental y el neurosexo?
Un orgasmo es el momento en el que el cuerpo llega a la parte más intensa de la excitación, toda la tensión sexual sube hasta su punto más alto para que luego se libere la presión; lo que provoca un enorme placer.
Sin embargo, para llegar a este punto, muchas personas utilizan la estimulación de los genitales, ya sea mediante un encuentro sexual con otra persona o durante la masturbación, pero esto cambia con el neurosexo.
Un orgasmo mental es aquel que se alcanza sin necesidad del contacto físico, es decir para llegar al máximo nivel de placer no se realizan tocamientos, solo se debe de pensar y tener una gran concentración en el cuerpo.
Quizás te puede parecer algo descabellado, pero considera que para querer tener sexo, lo primero que se necesita es el deseo y sí, todo empieza con el pensamiento, el cual activa la primera fase de la exitación.
“El deseo puede ser inducido por diferentes factores externos (…) e internos, entre los que se incluyen fantasías, sueños y pensamientos”, explica Mariela Martínez Ramos, psicóloga y miembro de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología, para el portal Cuídate Plus.
Es importante que nuestra mente esté conectada con nuestro cuerpo para permitirnos sentir un mayor placer e incluso se han desarrollado técnicas como el “Mindfulness sexual” (aquí te explicamos todo al respecto).
“No somos un cuerpo y una mente somos un conjunto global y cuanto más conectado esté todo, mejor funcionará”, explica Francisca Molero, sexóloga y ginecóloga, para el diario El País.
Incluso, hay estudios que demuestran lo importante del binomio mente-cuerpo, tal como el que realizó Pascual De Sutter, profesor de sexología de la Universidad de Louvain, en Bélgica.
En él participaron 251 mujeres de entre 18 y 67 años; y encontraron que las que lograban llegar más fácilmente al orgasmo tenían pensamientos eróticos con mayor sencillez.
Por su parte, las chicas que trabajaban más para conseguir el clímax, fantaseaban menos o utilizaban su mente en otras cosas como preocupaciones, tareas que debían hacer después y trabajo, según con el diario El País.
Y aunque lo máximo es conseguir un orgasmo solo pensando, el neurosexo engloba todo aquello que te permite llegar a la excitación sin necesidad de tocar o estimular los genitales.
“Se podría decir que todo el mundo lo practica sin darse cuenta. Por ejemplo, se consideraría neurosexo el hecho de que una persona se permita imaginar sus propias fantasías sexuales”, señala Mariela Martínez.
Pero, ¿se puede tener un orgasmo pensando?
El neurosexo y los orgasmos mentales no son algo nuevo, desde los 70 se ha estudiado la relación entre las respuestas cerebrales y los estímulos sexuales, tal como lo hicieron el ginecólogo William Masters y la sexóloga Virginia Johnson, explica la revista Muy Interesante.
Pero fue en la década de los 80, cuando Barbara Carrellas, autora del libro Ectasy is Necessary: A Practical Guide, desarrolló una técnica especial para conseguir orgasmos sin necesidad de tocarse.
Y sí, hay diversos estudios que han llegado a la conclusión de que alcanzar el clímax solo pensando es posible. Uno de los primeros trabajos que se realizó al respecto fue hecho por el neurocientífico Barry Komusaruk en 1992.
En él estudiaron los cerebros de las mujeres mientras ellas tenían pensamientos eróticos o imágenes de encuentro sexuales y qué es lo que sucedía en su mente cuando lograban alcanzar el orgasmo sin estimulación física.
Tras el análisis encontraron que el cuerpo reacciona de igual manera con un orgasmo mental que cuando se llega al clímax con masturbación o al tener sexo: aumento de la presión sanguínea, aceleración del corazón y dilatación de las pupilas.
Otro estudio realizado en 2016 publicado en la revista científica Socioaffective Neuroscience & Psychology, encontró que la misma área del cerebro que se activa en la estimulación genital, se enciende al tener neurosexo.
Con ellos, se ha demostrado que alcanzar el clímax y experimentar placer únicamente pensando en ello es posible y el cerebro actúa de una manera muy similar, aunque podría llegar a sentirse ligeramente distinto.
“[Los orgasmos inducidos por la respiración] son experiencias orgásmicas que se sienten en todo el cuerpo y más allá. Por lo general, no se sienten particularmente sexuales en cuanto a la excitación genital. Proporcionan liberación instantánea de la tensión y sensación de libertad“, explica Barbara Carrellas para la revista Vice.
Personas que han experimentado orgasmos mentales indican que no los sienten directamente en los genitales, son un poco más suaves y se expanden por todo el cuerpo; algunos incluso pueden permanecer en el clímax tanto como dure su concentración, según con testimonios compartidos por Vice.
¿Cómo se puede lograr un orgasmo mental?
La pregunta del millón es: ¿cómo puedo alcanzar un orgasmo solo con pensarlo? Para ello se requiere una gran concentración, por lo que el primer paso es relajarte, abrir tu mente y dejar a un lado todos los pensamientos que no estén relacionados.
Es recomendable tener alguna fantasía erótica o recuerdos placenteros; así como la visualización de encuentros sexuales. También deberás poner atención a la manera en la que respiras.
Barbara Carrellas recomienda acostarse boca arriba, con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo, tras ello debes comenzar a mecer las caderas arriba y abajo, al compás de la respiración, dejando que el cuerpo fluya.
A pesar de los consejos, no hay una “receta mágica para practicar el neurosexo y cada persona puede tener vías diferentes para alcanzar el placer por estos estímulos”, explica el portal Cuídate Plus.
Sin embargo, los científicos James G. Pfaus y Karolin Tsarski, quienes estudiaron el caso de una mujer que desarrolló la habilidad de tener orgasmos mentales, tras un un entrenamiento tántrico de 10 años, recomiendan hacer yoga.
También aconsejan hacer meditación tántrica para poder controlar tu cuerpo hasta el punto de conseguir orgasmos de manera inmediata y con una duración prolongada sin necesidad de ninguna estimulación física.
Estas prácticas “mejoran la excitación sexual, el deseo y el orgasmo en ambos sexos y puede facilitar la satisfacción sexual en general y la intimidad”, explican los autores del estudio publicado en la revista Science Direct.
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