Si Andrés Manuel López Obrador no fuera el presidente de la República, líder moral de Morena y el “machuchón” del Movimiento de la Cuarta Transformación, seguramente el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, ya habría acusado al tabasqueño de “racista”.

Y es que el pasado lunes, el jefe del Ejecutivo federal, a pregunta expresa de una reportera del diario Imagen de Veracruz, arremetió en contra de quien se ha erigido en el principal defensor de los “afrojarochos”, descalificándolo por andar “haciéndose publicidad por todo el estado” con el pretexto de un libro de su autoría –La negritud en Veracruz. De Coyolillo al Sotavento– y emplazándolo a que si quiere ser candidato a la gubernatura entonces que “renuncie a su cargo”.

“Y eso que habría qué ver si son los tiempos que dictan los partidos, que deciden los partidos”, puntualizó además López Obrador, quien en cambio ha dado rienda suelta a las seis “corcholatas” de la coalición de Morena-PVEM-PT que aspiran a sucederlo en la Presidencia de la República y que muy anticipadamente se andan promocionando por todo el país, con centenares de anuncios espectaculares que nadie ha querido decir cómo y quiénes se las financian.

Sin embargo, hasta ahora el presidente no ha cuestionado a Rocío Nahle por ese mismo tipo de anuncios publicitarios que han comenzado a desplegarse en las principales carreteras y ciudades del estado –en los que paradójicamente la senadora veracruzana con licencia aparece acompañada de él–, ni ha condicionado tampoco a su secretaria de Energía a que renuncie si quiere ser postulada a la gubernatura.

Ayer, contradiciendo lo dicho el martes pasado por su jefe Cuitláhuac García –el cual reveló a los medios que había conversado con él la noche anterior y que le había expresado que continuaría a cargo de la Secretaría de Gobierno, que ya no buscaría ser candidato a gobernador y que además mandaría a quitar toda su propaganda–, Cisneros declaró al término de un evento en el Batallón de Infantería de El Lencero que él no se encarta ni se descarta para aspirar a un puesto de elección popular, porque apuntó que aún no son los tiempos electorales, y dijo que esperará hasta que su partido emita la convocatoria para tomar una decisión.

El zarandeado titular de la Segob no quiere admitir que lo doblegaron. Evita decepcionar a sus miles de seguidores, que los tiene en varios municipios con núcleos de población afrodescendiente. Todos aquellos que le creyeron que “los afrojarochos existimos porque resistimos”, como se destacan en sus anuncios espectaculares en los que aparece sonriente, acompañado de dos mujeres de piel negra.

Al igual que hace casi cinco siglos lo hizo Yanga, su feligresía afrodescendiente deseaba también que ahora Cisneros rompiera las cadenas de su cargo burocrático y se emancipara para buscar libremente, sin ataduras, el cargo de gobernador como hace 19 años lo hizo otro negro del Sotavento: Fidel Herrera Beltrán, el hijo pródigo de Nopaltepec, quien contra viento y marea se impuso en 2004 a los grupos de poder que más lo repudiaban, el del gobernador saliente Miguel Alemán Velasco y el del entonces diputado federal Miguel Ángel Yunes Linares, quien junto con el exdirector de Banobras, Tomás Ruiz González, era uno de los aspirantes consentidos de la maestra Elba Esther Gordillo, a la sazón  poderosa lideresa del sindicato magisterial.

En febrero de este año, al ser entrevistado sobre el resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación por la denuncia que había presentado en su contra la diputada local Ruth Callejas Roldán, de Movimiento Ciudadano, que lo acusó de violencia política en razón de género, Cisneros respondió: “A nuestros paisanos afrodescendientes los han querido detener de muchas maneras. Hace 500 años los quisieron detener teniéndolos amarrados del cuello y de los pies y a lo largo de la historia nos han querido discriminar, borrándonos de la historia. En esto, ahora también nos quieren detener, pero lo que les quiero decir es que los afrodescendientes somos mucha pieza, no nos rajamos y no nos doblamos”.

Pero el presidente López Obrador, el gobernador Cuitláhuac García y la secretaria de Energía, Rocío Nahle, tienen otros datos.