Australia es el primer país en autorizar el uso de ciertas sustancias sicodélicas para pacientes con depresión o trastorno de estrés postraumático.
Desde el sábado, los médicos australianos pueden recetar dosis de MDMA, también conocida como éxtasis, para el trastorno de estrés postraumático. La silocibina, ingrediente sicoactivo de los hongos alucinógenos, se puede administrar a personas que tienen depresión difícil de tratar. El país colocó las dos sustancias en la lista de medicamentos aprobados por la Administración de Productos Terapéuticos.
Los científicos en Australia se sorprendieron con la medida, que se anunció en febrero, pero entró en vigor el primero de julio. Un científico señaló que esto pone a Australia “a la vanguardia de la investigación en este campo”.
La creciente aceptación cultural de los alucinógenos ha dado pie a que otras jurisdicciones también aprueben medidas para permitir su uso.
En Estados Unidos, Oregon fue el primer estado en legalizar el uso de silocibina en adultos, y Colorado la despenalizó en 2022. Hace unos días, el hermano menor del presidente Joe Biden en una entrevista radial afirmó que el mandatario ha sido “muy abierto de mente” en las conversaciones que ambos han tenido acerca de los beneficios de los sicodélicos como forma de tratamiento médico.
La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) designó a la silocibina como una “terapia innovadora” en 2018, etiqueta diseñada para acelerar el desarrollo y la revisión de sustancias para tratar una afección grave. El mes pasado, esa dependencia publicó una guía preliminar para el diseño de ensayos clínicos con drogas sicodélicas como tratamientos potenciales para afecciones médicas.
Pese a ello, la Asociación Estadunidense de Siquiatría no ha respaldado el uso de alucinógenos en tratamientos. Agregó que la FDA aún tiene que ofrecer una determinación final.
Médicos expertos en Estados Unidos y otros países, incluida Australia, han advertido que se necesita más investigación sobre la eficacia de las drogas y el alcance de los riesgos de las sustancias alucinógenas.
“Existe preocupación de que las pruebas sigan siendo inadecuadas y de que el paso al servicio clínico sea prematuro, así como de que médicos incompetentes o mal equipados puedan inundar el espacio, que el tratamiento sea inasequible para la mayoría y que la supervisión formal de la formación, el tratamiento y los resultados de los pacientes sea mínima o esté mal informada”, comentó Paul Liknaitzky, director del Laboratorio Clínico de Sicodelia de la Universidad de Monash.
Además, los medicamentos serán costosos en Australia: alrededor de 6 mil 600 dólares estadunidenses por paciente para el tratamiento.
Liknaitzky añadió que la oportunidad que tienen los australianos de acceder a los medicamentos para condiciones específicas es única.
“Hay entusiasmo por el progreso de la política de drogas, por la perspectiva de ofrecer a los pacientes un tratamiento más adecuado y personalizado sin las limitaciones impuestas por los ensayos clínicos y los protocolos rígidos”. concluyó.
AP
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