“¡Hasta me fui pa’tras!”, presumía el gobernador Cuitláhuac García ante la incrédula y socarrona sonrisa de los reporteros que cubrían su conferencia de prensa de aquél lunes 12 de julio de 2021.
El estadista, pensador y politólogo que mal gobierna Veracruz, presumía eufórico que las gasolineras en el estado ya no cobraban el uso de los baños públicos. “Parece increíble” pero ahora se ve el “cambio”, decía mientras manoteaba al aire.
“Yo ando de arriba para abajo en el estado. A la semana salgo por lo menos dos veces e, irremediablemente, paso a veces a los baños y veo el cambio. Ya hasta uno se anima a darle la cooperación porque ya no te lo exigen y entonces hasta lo das con gusto porque ves el cambio, en ninguna (gasolinera) me han dicho: oiga, tiene usted que pagar”.
Su éxtasis no paró ahí. “Incluso me topé con una que me dijeron, no pague, es gratis. Yo hasta iba a grabar. Parece increíble, pero es cierto. En verdad, estaba la señorita ahí para decir ‘no deposite, es gratis’, yo hasta me fui pa’atrás, es el cambio”.
La prudente reacción de los reporteros que cubrían la conferencia contrastó con la hilarante reacción de redes sociales y medios de comunicación nacionales que hicieron de Cuitláhuac García cera y pabilo respecto a lo que hasta entonces, era el mayor logro de su administración. ¡Se armó un verdadero follón!
Veracruz, como desde el inicio de la administración, volvió a convertir la tragedia en un involuntario humor negro, resultado de la incompetencia y la ignorancia.
Al inicio de su gobierno, Cuitláhuac García hizo tres compromisos muy importantes: acabar con la inseguridad en seis meses, dar atención a los colectivos para resolver los casos de personas desaparecidas y detener la violencia contra las mujeres.
Dos años después, la violencia mostraba índices históricos –mucho ha contribuido Veracruz a que este sea el sexenio más violento de la historia-, los colectivos fueron perseguidos y discriminados; y el estado se mantuvo en el segundo lugar nacional en el número de feminicidios.
Dijo también que acabaría con el nepotismo y la corrupción, que gobernaría con los mejores perfiles de veracruzanos y que se bajaría el sueldo al igual que el resto de los funcionarios de su gabinete, así como los integrantes de los otros poderes del Estado.
En la recta final de su gobierno, el nepotismo y la corrupción son una metástasis. Sus parientes directos ocupan cargos públicos estratégicos en los tres poderes del estado y manejan miles de millones de pesos con absoluta discreción.
Los funcionarios, la mayoría con escasa preparación académica y con mínima experiencia en las tareas asignadas, se han convertido en un lastre para el cumplimiento de las responsabilidades del gobierno.
En eso tenía razón Cuitláhuac García. Lo más sorprendente que había sucedido en su gobierno era que los baños públicos de las gasolineras eran gratis. Muy poco le duró el gusto, como lo demostré en un video testimonio que hoy suma casi 200 mil de reproducciones.
Lástima. El único logro de este gobierno, el uso gratuito de los baños públicos en las gasolineras, ¡peló gallo! Ahora, a entrarle con una feria.
La puntita
Cuitláhuac García ha resultado un experimentado operador electoral para Morena. Sería una bendición para Veracruz que aprovecharan su experiencia y talento para nombrarlo coordinador de la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum. Por el bien de Veracruz, que ya se vaya…