Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, tras comprobar que las personas amputadas sienten calor en la mano que les falta, ha desarrollado una nueva tecnología biónica que permite a estos pacientes percibir la temperatura de los objetos, tanto calientes como fríos- directamente en la mano fantasma, lo que abre nuevas vías para las prótesis no invasivas.
«Cuando toco el muñón con la mano, siento un hormigueo en la mano que me falta, la mano fantasma. Pero sentir la variación de temperatura es otra cosa, algo importante… algo hermoso», dice Francesca Rossi, una amputada de Bolonia (Italia) que ha participado en el estudio con 17 pacientes para probar los efectos de la retroalimentación de temperatura directamente en la piel de su brazo residual.
«La respuesta de la temperatura es una sensación agradable porque sientes el miembro, el miembro fantasma, por completo. Ya no lo sientes fantasma porque has recuperado el miembro», prosigue.
Los investigadores Silvestro Micera y Solaiman Shokur se han propuesto incorporar nuevas sensaciones a las prótesis para dar un tacto más realista a los amputados, y su último estudio se centra en la temperatura. Se toparon con un descubrimiento sobre la retroalimentación de la temperatura que supera con creces sus expectativas.
Si se coloca algo caliente o frío en el antebrazo de una persona intacta, ésta sentirá la temperatura del objeto localmente, directamente en su antebrazo. Pero en los amputados, esa sensación de temperatura en el brazo residual puede percibirse en la mano fantasma que falta.
Al proporcionar información sobre la temperatura de forma no invasiva, mediante electrodos térmicos (también conocidos como termodos) colocados contra la piel del brazo residual, los amputados como Rossi dicen sentir la temperatura en su miembro fantasma. Pueden sentir si un objeto está frío o caliente y saber si están tocando cobre, plástico o vidrio.
En una colaboración entre la EPFL, la Escuela de Estudios Avanzados Sant’Anna (SSSA) y el Centro Protesi Inail, la tecnología se probó con éxito en 17 de 27 pacientes.
«De particular importancia es que las sensaciones térmicas fantasma son percibidas por el paciente como similares a las sensaciones térmicas experimentadas por su mano intacta», explica Shokur, neuroingeniero científico senior de la EPFL que codirigió el estudio.
infosalus.com
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