Ebrard, Monreal e incluso Adán Augusto ya se dieron cuenta que la encuesta para sacar al candidato presidencial está hecha y que la ganadora es Sheinbaum.

Por eso, cada uno a su manera, expresa su enojo. Llama la atención, dentro de las inconformidades, lo declarado por Adán Augusto, quien puso en duda la encuesta con la que Claudia Sheinbaum ganó la nominación a jefa de Gobierno.

Allá ellos que se hicieron bolas, pero desde hace tiempo, hasta el día de hoy y en la semanas por venir, salvo que suceda una catástrofe en los planes de AMLO, la candidata es Claudia.

¿Entonces qué harán cuando se confirme públicamente lo que medio México sabe y ellos –la esperanza es lo último que muere- se negaban a aceptar?

Pues aumentaría su enojo, pero…no se saldrían del redil.

Su líder sigue fuerte, cada vez con menos ánimo para tolerar al que se oponga a sus planes, así que solo les resta intentar vender cara la derrota.

El Presidente intervendrá, los apretará y a la vez les ofrecerá posiciones y asunto más o menos concluido.

El problema será con los seguidores que las corcholatas perdedoras han incorporado a sus proyectos, pues las promesas no alcanzarán para todos. Muchos se sentirán engañados cuando vean a sus líderes «caer para arriba» y ellos como dicen se quedó el chinito, nomás mirando.

La polarización, que no solo es con los opositores al gobierno, sino también entre integrantes de los grupos de Morena, aumentará.

Acá, en las tierras jarochas, sucede algo similar.

Al día de hoy sigue a la cabeza de la encuesta de Morena la secretaria de Energía, Rocío Nahle, aunque haya frenado su presencia en Veracruz para darle prioridad a terminar la construcción de la refinería de Dos Bocas, asunto en el que existe un gran morbo para ver qué entregará dentro de unas semanas.

Cuando se haga público el resultado de la encuesta local, meter al aro al delegado del Bienestar, Manuel Huerta; al diputado Sergio Gutiérrez, al secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, y a otros no resultará complicado.

Hay (candidaturas) una senaduría a repartirse (la otra es para una mujer), así como un gran número de diputaciones federales y locales.

¿Pero qué harán con sus seguidores, igual de polarizados que los de las corcholatas presidenciables?

En Veracruz, para ganar, puede bastar con la operación del gobierno, ¿pero se puede decir lo mismo de otros estados?

Morena no tiene seguro los triunfos en 2024, por más que el Presidente siga con gran popularidad y las encuestas marquen buena ventaja. El primero en reconocerlo, no públicamente, pero sí por sus acciones, es López Obrador.

INE, Ejército, Marina y otros grupos de poder estarán listos para entrar en acción en unas elecciones que pueden llegar a ser las más controvertidas y cuestionadas de la historia moderna de México.

TRAS EL DESTAPE que hizo a su favor el senador Manuel Velasco, el exalcalde y exdiputado Beto Silva se declara listo para el 2024 como candidato a gobernador por el Partido Verde.

El PVEM ha echado a andar su maquinaria. Si mantiene su alianza con Morena, bien, si no, manda señales de que irá solo.