Las autoridades chinas se preparaban este domingo para liberar a un hombre que desapareció hace tres años tras publicar videos de hospitales abarrotados y cuerpos durante el brote de COVID-19, según dijeron un pariente y otra persona familiarizada con su caso.
¿Qué pasó?
Fang Bin y otras personas conocidas como periodistas ciudadanos publicaron detalles de la pandemia a comienzos de 2020 en internet y medios sociales, lo que avergonzó a funcionarios chinos que recibían críticas por no controlar el brote.
El último video que compartió en Twitter Fang, un vendedor de ropa tradicional china, mostraba un pedazo de papel que decía “Todos los ciudadanos resistan, devuelvan el poder al pueblo”.
El caso de censura
El caso de Fang forma parte de la represión contra las críticas a la gestión inicial de la pandemia en China, una persecución ejercida conforme el Partido Comunista, que gobierna el país, trataba de controlar la conversación en el país.
Exposed!
Confidential documents from the #CCP's Political & Legal Affairs Committee have been exposed!
The case of #FangBin, the first whistleblower of #COVID #COVID19 outbreak in #Wuhan, was reported to the CCP's Political & Legal Affairs Committee for approval.
Internal… pic.twitter.com/uKL9kg67oZ— Inconvenient Truths by Jennifer Zeng 曾錚真言 (@jenniferzeng97) April 23, 2023
Estaba previsto que saliera libre el domingo, según dos personas que no quisieron dar su nombre por temor a represalias del gobierno. Una de ellas dijo que Fang había sido condenado a tres años de prisión por “buscar pelea y provocar problemas”, un cargo vago y que suele emplearse contra disidentes políticos.
The Associated Press no pudo confirmar su liberación de forma independiente ni logró confirmar los detalles del caso con las autoridades.
Dos centros de la oficina de seguridad pública de Wuhan no facilitaron un número de celular para su oficina de información ni respondieron a ninguna pregunta. Las llamadas a una corte que supuestamente había condenado a Fang quedaron sin respuesta el domingo por la tarde. Una mujer de otra corte que según reportes gestionó la apelación de Fang dijo que no estaba autorizada a responder preguntas.
Comenzó en 2020
A principios de 2020, el brote inicial de COVID-19 castigó la ciudad de Wuhan, de 11 millones de habitantes, en la provincia central china de Hubei. La ciudad estuvo 76 días confinada, con sus calles desiertas salvo por las ambulancias y el personal de seguridad.
Wuhan resident #FangBin #方斌 is due to be released on Sunday after 3 years in prison. He was the 1st citizen reporter who took it upon himself to report the city's harrowing epidemic.
Going Around Coronavirus-Stricken Wuhan With Fang Bin on Feb 1, 2020 https://t.co/Sfk2thD0uG
— Yaxue Cao (@YaxueCao) April 30, 2023
En esos días, un pequeño grupo de periodistas ciudadanos intentó contar sus historias y las de otras personas con smartphones y cuentas en medios sociales, un desafío al estricto monopolio de la información ejercido por el Partido Comunista.
Aunque el movimiento era pequeño, su escala no tenía precedentes en ningún otro brote de enfermedad o desastre en China.
Pero la información que compartieron no tardó en meterles en problemas. Fang y otro periodista ciudadano, Chen Qiushi, desaparecieron en febrero.
Chen reapareció en septiembre de 2021 en su cuenta de YouTube, y dijo que había sufrido depresión. No dio detalles sobre su desaparición.
Otra periodista ciudadana, Zhang Zhan, que también había informado en la primera fase del brote, fue condenada en diciembre de 2020 a cuatro años de prisión acusada de buscar pelea y provocar problemas. Unos ocho meses más tarde, su abogado dijo que su salud se había deteriorado tras una larga huelga de hambre.
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