Pasó de ser el dueño de las mañaneras y rock star morenista al que abandona la oficina apenas se cumplen sus 8 horas laborales. Varios de los que estaban con él lo dejaron cuando se acabaron los reflectores, y es que hace ya meses que el presidente dejó de responderle llamadas a Hugo López-Gatell.
Mientras duró su estrellato creyó, de verdad, que podía incorporarse como un serio precandidato a la presidencia de la República, situación que le valió el alejamiento tanto de Sheinbaum como de Ebrard, en su momento. Después se apagó, y dejaron de tomarlo en cuenta.
En tiempos pandémicos lo buscaban hasta las revistas de moda internacionales para conocerle y entrevistarle, más ninguna del área de la salud pública. Hoy, me dicen, vive de esos recuerdos, comentando con los que aún continúan a su lado hasta las 6 ó 7 pm, partiendo puntual a su domicilio.
Es el Doctor López-Gatell de la actualidad, el que figura poco en las mañaneras, el que ya no habla de manera personal con AMLO, el que aprovechó su estrellato para agenciarse el control de la Cofepris y de todo aquello que siempre quiso, pero que hoy está absolutamente fuera del ánimo presidencial.
Llega a las 11 am, (salvo el día que va a la mañanera), se retira a las 15 horas para ya no aparecer por las tardes, y cuando lo hace, es para irse a las 6 ó 7 pm, me comenta la gente que labora a su lado. López-Gatell es, en realidad, no más allá de un fantasma en la secretaría de salud.
¿Y dónde pasa tanto tiempo el subsecretario cuando no está en su oficina o en juntas del área? La respuesta es por todos conocida en Palacio Nacional: buscando acomodo con Sheinbaum, Adán Augusto López o Marcelo Ebrard, porque con Monreal de sobra tiene las puertas cerradas. El asunto es que ninguna “corcholata” lo quiere. Se apagó el rock star morenista, se esfumó.
Sobre Veracruz y su candidatura vs morena
“Es Héctor Yunes Landa o Miguel Ángel Yunes Márquez”, dicen en las oficinas centrales de la alianza opositora. El asunto será convencerlos de respetar el resultado de la encuesta, y lograr que el “no favorecido” se sume al ungido.
La medición opositora indica que cualquiera de los dos tendría opciones de derrotar a morena, ¿pero podrían esos dos Yunes reconocer que hay un “vencedor y un vencido” entre ellos? De eso depende la alternancia en Veracruz en el 2024.
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