Un equipo de investigadores formado por miembros del Instituto Tecnológico de Illinois en colaboración con el Argonne National Laboratory (perteneciente al Departamento de Energía del Gobierno de EE UU) acaban de anunciar que están trabajando en una nueva tecnología de baterías que apunta a revolucionar el sector del transporte con cero emisiones.
Dicha batería, a diferencia de las habituales, emplea una combinación de litio y aire mediante la cual se obtiene una densidad energética que, según los cálculos de los investigadores, sería cuatro veces mayor de la que pueden conseguir las actuales compuestas por iones de litio.
Mayor autonomía y mayor seguridad
Esta nueva batería se compone de un elemento metálico en litio, que actúa como ánodo o polo positivo. De este ánodo se desprenden los electrones (o iones) que se liberan en una cierta cantidad de aire contenida dentro de la celda. Dicho aire actúa como cátodo o polo negativo, con la única mediación de un electrolito sólido representado por un elemento de polímero cerámico (CPE).
Una de las principales ventajas de este nuevo esquema es una densidad energética muy superior a la de las actuales baterías presentes en los coches eléctricos. Esto permitiría dotar de una mayor autonomía a los vehículos que la equiparan en un futuro.
Asimismo, al emplear un electrolito sólido, se evitan las complicaciones de la tendencia al sobrecalentamiento que suelen sufrir las convencionales de electrolito líquido. Por tanto, además de más eficiente, promete ser una batería mucho más segura para su uso en el transporte.
Por último, sus creadores están convencidos de que esta batería de litio-aire será capaz de mantener su capacidad de carga durante mucho tiempo, incluyendo varios miles de ciclos completos de carga y descarga. Sea como fuere, todavía queda trabajo por delante antes de ver este tipo de baterías en un automóvil eléctrico.
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