La interfaz se controla con la mirada y está especialmente enfocada para personas con problemas de movilidad y de habla que pueden darse en enfermedades neurodegenerativas

Muchas personas ya se han acostumbrado a controlar los dispositivos de sus casas con Alexa o el Asistente de Google, pero unos investigadores de la Universidad de Málaga (UMA) han querido ir más lejos y desarrollar una aplicación para utilizar el cerebro. La plataforma conecta la actividad cerebral a una computadora y, así, permite dar órdenes a aparatos domésticos inteligentes.

La app está pensada para personas afectadas por el síndrome del cautiverio. Este impide la movilidad y hablar y suelen padecerla generalmente personas con enfermedades neurodegenerativas como la ELA (esclerosis lateral amiotrófica).

La interfaz principal de la aplicación ofrece varias opciones en la pantalla y, para seleccionar una, el usuario solo debe fijar la atención en ella. Posteriormente, la información se trasladará a una máquina que procesa la información y los transforma en comandos de voz para los asistentes virtuales existentes.

De este modo, la plataforma permite una mayor independencia a personas con movilidad reducida que tienen complicaciones para controlar los dispositivos inteligentes conectados por voz. Con la interfaz cerebro-computadora (BCI), las señas cerebrales serán suficiente para que personas con enfermedades neurodegenerativas tengan más facilidades en una Smart Home.

El estudio de UMA ha probado su aplicación para usar una televisión, un aire acondicionado, una bombilla inteligente, un enchufe inteligente e incluso apps de reproducción de música y redes sociales. Francisco Velasco, autor principal del estudio y profesor de la universidad, señala que su sistema BCI para el control domótico es «flexible y puede adaptarse potencialmente a las necesidades de un usuario».

Para usar esta tecnología, los internautas deben tener un dispositivo en la cabeza con conectores capaces de analizar la actividad electroencefalográfica. El casco permite seleccionar distintas acciones mirando y pestañeando a la opción que aparezca en la pantalla. Al hacerlo, un ordenador emite el comando por WiFi para que el aparato lo detecte como un comando de voz.

La verificación de la aplicación se ha hecho con un grupo de doce personas sin el síndrome del cautiverio y tres voluntarios con ELA que forman parte de la Asociación ELA Andalucía. Actualmente, los investigadores siguen trabajando en optimizar el software y el hardware, pero esta herramienta podría ser una alternativa asequible a los dispositivos de miles de euros destinados a hacer la vida más fácil a pacientes con enfermedades neurodegenerativas.

20minutos.es

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