Cuando le avisaron al gobernador que Araly Rodríguez que sí existía y que era de “la flota”; que por sus empresas habían pasado más de 100 millones de pesos que habían servido para “servicios inconfesables”, ya era demasiado tarde. Ya lo habían empinado.

Así que sabiendo que el daño estaba hecho y que todas las pistas llevaban a su primo, al hijo de su primo y a los recomendados de su primo, entonces echó marcha atrás e intentaron frenar la crisis.

Todos están hasta el pescuezo en la historia de la contratista fantasma. La proveedora favorita del gobierno de Cuitláhuac García, Araly Rodríguez Vez, es pariente de Ulises Rodríguez Landa, jefe de la Unidad Administrativa de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).

A su vez, gracias al pasado priista de ambos, Ulises Rodríguez es muy cercano a Eleazar Guerrero Pérez, el subsecretario de Finanzas y Administración de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), por lo que le dio cobijo a su hijo Eleazar Guerrero Jr. en la Dirección General de Vinculación Institucional.

Y el buen Eleazar, es el primo hermano al que Cuitláhuac García negó en un principio, reconociendo después que el parentesco era por la abuela de ambos.

La cosa es que, ante el carnaval de culpas, el gobernador llamó a cuentas a los involucrados. No se hablaría más de Araly; todos dirían que los servicios que prestó cumplieron con los contratos, y que se trataba de una empresa ejemplar, aunque la “dueña” no tuviera en qué caerse muerta.

Y entonces se inventaron hasta una declaración de la próspera empresaria que sería respaldada por el propio Gobernador quien, sin ningún pudor, dijo que todo estaba en orden. Apenas dos semanas atrás, el mismísimo góber dijo muy orondo que se trata de una “prestanombres” de otras empresas y que ella así lo confesó. ¿Tons, en qué quedamos?

Lo que no han podido explicar es por qué 99 de cada 100 contratos del gobierno estatal se entregan sin licitación y de manera directa. Por qué primero acusaron a Araly y luego salieron en tropel a defenderla; a quien están defendiendo, aunque todos lo saben.

Eleazar tiene muchos enemigos en el gobierno. Es posible que, aunque Morena repita en el gobierno en el 2024, el primo del gobernador será el chivo expiatorio perfecto: será el símbolo de la corrupción de la actual administración y la forma de sacudirse a Cuitláhuac. ¡Me canso ganso!

Seguridad Pública, historias de corrupción e impunidad

Y mientras el secretario de Seguridad Pública Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla está ocupado en aclarar que la pocilga desvencijada de 12 millones de pesos no es suya y que su esposa no es aviadora de Inapam, Veracruz vive una ola imparable de violencia, en lo que ha sido el peor inicio de año de la actual administración estatal.

Para nadie es novedad que el gobierno carece de una estrategia de seguridad. Y que el anterior secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, se fue en medio de denuncias de cobro de moches, sobornos, negocios y hasta por desapariciones forzadas en contra de policías viales. Pero no tiene de qué preocuparse porque nadie está investigando nada.

Hay que recordar que el año empezó con 23 asesinatos en sólo tres días. Después de mes y medio, con los últimos acontecimientos en Xalapa, la zona conurbada y el sur del estado, Veracruz ya presume de estar entre los estados más violentos del país con más de 100 homicidios sin que las autoridades puedan garantizar la seguridad y castigar a los responsables de estos delitos.

Con acusar de “ajuste de cuentas” no basta. El gobierno sale a justificar, no a informar. Las historias son cada vez más inverosímiles. Hay impunidad. Hay muchas víctimas inocentes.

El tema es que la sociedad ya está encabronada. Los asesinatos del abogado Fuster en Veracruz y de la señora Sara Hilda se convirtieron en nota nacional. Ahora, cada que hay un evento de violencia, un secuestro, un feminicidio, los veracruzanos se están movilizando para exigir justicia. El comal ya parece no estar para bollos.

Cisneros, el perseguidor perseguido

El secretario de Gobierno, Eric Cisneros, intenta armar su defensa en contra de la denuncia por violencia de género promovida por la diputada Ruth Callejas con el argumento de que se lo quieren chingar porque es negrito. Que ha pasado de perseguidor a perseguido, y que se ensañan sólo por su figura y su origen. Seguramente después de cada declaración pública, rompe a carcajadas en lo privado.

El tema es que bravo como es, ahora se le volvió a ir a la yugular a la diputada acusándola de pertenecer a una familia de caciques. Y le sigue sumando al expediente.

Y el expediente ya no está en el Tribunal Electoral, donde su Presidente es asidua invitada a los eventos de Morena, sino en la Sala Superior del Tribunal Electoral, allá donde ya le dijeron que si le cae la voladora no va a ser por su color. ¡Mocos!

La ratonera

De la actuación del OPLE y su Presidenta en el caso de Eric Cisneros se podrá vislumbrar lo que pasará con la autonomía del órgano electoral en el 2024. Del Tribunal Electoral no hay ninguna duda; su también Presidenta sólo hace lo que siempre ha sabido hacer.