México enfrenta actualmente una fuerte demanda de plasma para el tratamiento de enfermedades graves y raras, como las hemopatías y las inmunopatías. Sin embargo, no cuenta con la infraestructura ni las políticas públicas para garantizar un suministro seguro y suficiente.

Por eso, médicos, especialistas del sector salud y pacientes organizados en el grupo Plasma que Salva hacen un llamado a las autoridades de salud en México para abrir la conversación en torno a la donación de este componente sanguíneo vital. De esta manera, impulsar un cambio en la legislación actual para compensar a los donantes y salvar vidas.

“Lanzamos a la sociedad nuestra iniciativa, con una invitación a iniciar una conversación con las autoridades de salud, especialmente con el doctor Jorge Alcocer, con el subsecretario de Salud, el doctor Hugo López Gatell, con las personas legisladoras de la Cámara de Diputados y del Senado de la República y otras instituciones que tengan que ver con la materia para poder avanzar en esta propuesta”. Así anunció hoy en conferencia de prensa Mayela García Ramírez, cofundadora y directora de la Fundación Mexicana para Niños y Niñas con Inmunodeficiencia (Fumeni), la asociación que impulsa este grupo.

Es necesario crear más consciencia

Su propuesta, explicaron, es sensibilizar a la población y a las autoridades mexicanas de la necesidad de que el país incremente su obtención de plasma y que deje de depender de otros países, como Estados Unidos, que actualmente suministra poco más del 70% del componente para el mundo.

“Nos enfrentamos a un grave aumento en la demanda en los últimos años de las Terapias Derivadas de Plasma y México es un país que produce muy poquito plasma, producimos solamente el 5% de lo que se requiere a nivel nacional; casi el 100% se importa y esto nos pone en una situación muy vulnerable”, señaló el doctor Francisco Espinosa, médico pediatra e inmunólogo.

El también director general del Centro de Inmunología, Alergia y Pediatría del Hospital Ángeles Lomas dijo que se trata de una situación de riesgo, ya que la pandemia de COVID-19 frenó las donaciones en todo el mundo y ha provocado una alerta generalizada a nivel internacional.

“Disminuyeron enormemente las donaciones de los países que producen o que tienen sobreproducción de plasma y eso hace que la posibilidad de exportar a países como el nuestro se disminuya y que estemos en grave riesgo de quedarnos sin los productos para pacientes que lo requieren cotidianamente”, dijo.

La necesidad de donativos de plasma

Claudia Moreno, integrante del Comité de Familias de la Fumeni, es una de las pacientes que depende de este tipo de tratamiento. Desde hace 15 años fue diagnosticada con Inmunodeficiencia Común Variable y para su tratamiento, compartió, requiere unos 208 frascos de plasma al año. “Eso se traduce en 130 donadores, no es fácil”, compartió Moreno, quien lamenta que en México la cultura de la donación sea muy deficiente y no existan incentivos para compensar a los donantes.

Por su parte, el doctor Juan Manuel Cisneros, médico especialista en patología clínica y coordinador de Auxiliares de Diagnóstico y Tratamiento de Hospital General Regional No. 58 del IMSS, sostuvo que en el sistema de salud mexicano no hay una homologación real de las prácticas, procesos y procedimientos en los diversos centros de sangre, lo cual hace que la recuperación y el procesamiento del plasma sea extremadamente difícil.

Una realidad bastante alejada a la de países como Estados Unidos o Alemania, que han logrado ser autosuficientes mediante la implementación de esquemas de cooperación entre los sectores público, privado, académico y científico a nivel nacional e internacional, comentó.

“México tiene una infraestructura tecnológica y de accesibilidad deficientes para la recolección de sangre y sus componentes, y es todavía más limitada para la recolección de plasma, esto no solamente vuelve a los proceso más tardados y menos eficiente sino que desincentiva al donador a participar en donaciones”, dijo el doctor Cisneros.

Por eso, dijo, una de las principales propuestas de esta iniciativa es impulsar la legalización de la donación voluntaria y compensada. “Esta organización promueve el cambio de legislación en el país para contar con un esquema en el que se compense a los donadores”, declaró el médico, quien explicó que los parámetros de compensación tendrían que adaptarse a la realidad mexicana.

Rebrote indigo

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