Científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), han desvelado cómo funciona uno de los sistemas de reparación del ADN que llevan a cabo las células tumorales para escapar de la quimioterapia y otros tratamientos contra el cáncer. Los resultados de este trabajo, publicado en la revista «Cell Reports», muestran por primera vez en acción este mecanismo de grapa molecular gracias al empleo de una novedosa técnica nanotecnológica basada en pinzas magnéticas. La comprensión de este proceso podría ayudar a diseñar estrategias terapéuticas contra el cáncer de hígado más habitual.
Para las células son muy importantes los mecanismos de corrección de errores, porque en la rica actividad celular hay fallos de funcionamiento constantemente. Pero cuando se trata de matar células cancerosas lo que interesa es precisamente provocar errores. La radio y la quimioterapia los provocan rompiendo el ADN de las células. Sin embargo, hay células tumorales que tienen una maquinaria de reparación del ADN excepcionalmente eficaz, y esto les permite escapar al tratamiento contra el cáncer.
El equipo de Puri Fortes, del CIMA, descubrió hace unos años que cerca de la mitad de los pacientes de carcinoma hepatocelular (el cáncer de hígado más común) producen una molécula de ARN, llamada Nihcole, que está sobre todo en los tumores más agresivos y se asocia con un mal pronóstico. Fortes, Óscar Llorca, del CNIO, y Fernando Moreno-Herrero, investigador del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), concluyeron que Nihcole ayuda a reparar muy eficazmente el ADN roto y, por eso, la radioterapia es menos efectiva en aquellos tumores en que está presente. Eliminando Nihcole, las células cancerígenas tratadas con radioterapia mueren más fácilmente.
Pero los investigadores no conocían el mecanismo molecular por el que Nihcole facilita la reparación de roturas en el ADN. El trabajo publicado ahora lo explica: Nihcole forma un puente que une los fragmentos del ADN roto. «Interactúa simultáneamente con proteínas que reconocen los dos extremos de un DNA fragmentado, como si los grapara», explican Llorca y Moreno-Herrero. «El uso de fármacos inhibidores de Nihcole puede representar una terapia novedosa para el cáncer de hígado más frecuente», indican estos investigadores.
larazon.es
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