El Museo de Antropología de Xalapa (MAX) de la Universidad Veracruzana (UV) resguarda y exhibe –a partir de esta fecha– una máscara olmeca de más de 30 siglos de antigüedad, repatriada gracias a los esfuerzos del gobierno de México, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la colaboración del Consulado General de México en Nueva York.

En este recinto, el rector de la UV, Martín Aguilar Sánchez, y Diego Prieto Hernández, director del INAH, signaron el contrato de comodato para su exhibición en el MAX, en presencia de Jorge Islas López, cónsul general de México en Nueva York. Posteriormente, develaron la pieza arqueológica con una posible datación entre 1200 y 900 antes de Cristo (a.C).

Martín Aguilar agradeció al INAH la entrega de esta obra de arte, y reconoció el trabajo profesional y las diligencias diplomáticas para recuperarla y repatriarla.

“Sabremos custodiarla y procuraremos su conocimiento por grupos cada vez más amplios de personas”, expresó el sociólogo durante la ceremonia celebrada en el vestíbulo del MAX, a la que acudieron investigadores, académicos, curadores, estudiantes del Instituto de Antropología de la UV y de la Universidad Veracruzana Intercultural (UV-Intercultural).

Manifestó que conservar, difundir y ahondar en el conocimiento de un legado histórico tan fuerte como el de la cultura olmeca, son prácticas que han estado desde sus orígenes en el corazón de las actividades museísticas del MAX.

“Aquí se alberga la más importante colección de sus piezas, es un paso obligado para los olmequistas de todo el mundo y ofrece a cualquier interesado un núcleo fundamental de sus desarrollos científicos, políticos, religiosos y escultóricos.”

En presencia de autoridades universitarias y del INAH, reiteró que este hecho representa un motivo de satisfacción para la UV, en tanto que enriquecerá –durante el lapso previsto por el convenio– el catálogo olmeca del MAX.

También brindará a las y los visitantes al museo la oportunidad de apreciar en vivo una obra de enorme valor artístico y cultural, y permitirá a las estudiosas y estudiosos poner en juego sus saberes e ideas, así como avanzar en sus investigaciones mediante la comparación de las distintas piezas con esta máscara y la consideración de sus diferencias y semejanzas.

“El Monumento de San Martín Pajapan, los Gemelos de Azuzul, el Señor de Las Limas, el Monumento 52 de San Lorenzo, y las imponentes Cabezas Colosales, entre muchas otras obras, dan cuenta de una portentosa narración iconográfica a partir de la cual los olmecas pensaron sus conflictos, mostraron o investigaron sus problemas, juzgaron las diferencias culturales, tradujeron su universo mitológico, y se colocaron frente a su pasado e imaginaron su futuro”, agregó el Rector.

En su intervención, Diego Prieto enfatizó la importancia del patrimonio histórico y antropológico para México, Veracruz, la UV y el INAH. Por ello, este conjunto de bienes y acervos acreditan la profundidad y la fuerza de las civilizaciones y cultura que han florecido en este territorio.

Dio a conocer que durante el presente sexenio, el gobierno federal, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), y el INAH han recuperado un total de nueve mil 330 bienes, de los cuales ocho mil 722 son de tipo arqueológico y corresponden a culturas que ya habitaban el país desde antes de la llegada de los españoles.

La mayoría estaba en manos de coleccionistas de Estados Unidos, pero también de Alemania, Australia, Italia, Argentina, Francia, Canadá, Países Bajos, Suecia y Suiza.

De igual forma, se han logrado resguardar y recuperar 608 bienes históricos pertenecientes al patrimonio de la nación.

En este sentido, destacó el interés del Estado mexicano de favorecer la recuperación del patrimonio, y reconoció la voluntad de la persona que tenía en sus manos la máscara olmeca, de que se exhibiera en el MAX, el segundo museo de antropología más importante del país, lo cual también fortalece los vínculos entre la UV y el INAH.

Jorge Islas mencionó la instrucción girada por el titular de la SRE, Marcelo Ebrard Casaubon, a todos los representantes de México en el exterior para buscar por todos los medios la restitución del patrimonio histórico-cultural.

Nueva York, por ejemplo, es un lugar donde existen diversas exhibiciones y subastas de muchas piezas que, desde la perspectiva legal, forman parte del bagaje histórico-cultural de lo que hoy es México, y de la identidad de los pueblos originarios.

De ahí que no se conciba que esas piezas se encuentren en otro lugar y no en sus sitios de origen ya que “al despojarlos de este patrimonio no sólo nos quitan parte de nuestra historia, sino de la narrativa con la que nos sentimos identificados”.

Alfredo Delgado Calderón, director del MAX, también se congratuló por la develación de la obra exhibida –ante el público– por primera vez en este museo.

Se trata de uno de los bienes culturales repatriados que regresa gracias a las gestiones de las instancias ya mencionadas, y será posible admirar como una de las obras maestras de la plástica olmeca, que ocupa un lugar destacado en el MAX.

“Qué mejor que este recinto donde esta máscara viajera se encuentra con otras obras olmecas magistrales, con las siete Cabezas Colosales que resguardamos orgullosamente en este museo, con el Señor de Las Limas, el Dios jaguar de San Martín y las máscaras de jade de Arroyo Pesquero, en Hueyapan de Ocampo, entre muchas otras.”

En el acto destacó la presencia de Juan Ortiz Escamilla, secretario Académico; Marisol Luna Leal, Abogada General; Yolanda González Molohua, directora general del Área Académica de Humanidades; Yamile de la Cruz Lira López, titular del Instituto de Antropología, y María Antonia Aguilar Pérez, directora de la Facultad de Antropología.

Asimismo, María del Perpetuo Socorro Villarreal Escárrega, coordinadora de Asuntos Jurídicos del INAH.

AVC

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