La Tierra no es una esfera perfecta. La fuerza centrífuga de su propia rotación le da una forma achatada por los polos y ensanchada por el ecuador terrestre, lo cual técnicamente le otorga la forma de un elipsoide. Pero, además, cientos millones de años de formación geológica han moldeado su superficie hasta causar una topografía irregular, la cual podamos ver en cordilleras colosales y fosas oceánicas de gran profundidad.

Entonces ¿cuál es la verdadera forma de nuestro planeta?

Los geodestas —geológos que estudian la forma y las dimensiones de la Tierra— prefieren decir que nuestro mundo tiene una forma geoide. Este es un término utilizado para describir a un cuerpo en el que la gravedad siempre es perpendicular al suelo en todas las regiones del mundo, aunque esta pueda variar en distintos puntos debido a la distribución no homogénea de su masa.

Esta es la razón por la cual, por ejemplo, a lo largo de la línea ecuatorial se experimenta una mayor gravedad que en los polos. Ahora, la gravedad también es muy distinta dependiendo de en qué parte del planeta uno se encuentra.

El mapa de la gravedad de la Tierra

En 2011, un grupo de científicos utilizó datos proporcionados por el satélite GOCE de la Agencia Espacial Europea (ESA) —que por entonces llevaba en órbita dos años— para estudiar cómo funciona la gravedad en cada rincón del planeta azul.

Su resultado fue un mapa en 3D que representa las variaciones en altura con respecto a un geoide ideal, escenario hipotético de la superficie de un océano global solo formado por la gravedad. En ella, las áreas de mayor gravedad tienen el color amarillo y rojo (terreno con mayor elevación) y las más débiles el color azul (terreno con menor elevación).

Así, se revela que donde se experimenta una mayor gravedad es en gran parte de África (con excepción de su lado sureste), los países de Sudamérica que son atravesados por la Cordillera de los Andes, Australia y el este de Asia.

Según un estudio de 2013, publicado en Geophysical Research Letters, el nevado de Huascarán en Perú tiene la menor gravedad (9,7639 m/s2), mientras que en la superficie del Océano Ártico, se experimenta la mayor gravedad (9,8337 m/s2).

larepublica.pe

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