“La rama” es una tradición que se extiende a todo Veracruz desde hace muchos años, la cual tiene que ver con los primeros habitantes de esta entidad y con hechos ocurridos hace muchos años en la región de Río Blanco.

Aunque en la época actual ha perdido intensidad, los adultos recuerdan cuando de niños salían a las calles, con los amigos, familiares, con el barrio o la colonia, a tocar y bailar y pedir comida y hasta dinero.

Ada Selene Valadez Hernández, fandanguera del sur de Veracruz y ahora promotora de son jarocho, explica que aunque no se sabe con exactitud el origen de “La rama”, historiadores señalan que podría ubicarse en la época prehispánica y en particular en la cultura olmeca, madre de todas las culturas nacionales, hace más de tres mil años.

En tanto la tradición de pedir dinero tiene su origen a principios del siglo XX y en la región de Río Blanco, cuando los obreros eran despedidos de su fuente de trabajo y al no tener dinero para comer, salían con “La Rama” a pedir dinero a las calles.

Olmecas

Relata que igual que todas las civilizaciones, los olmecas tenían su ciencia, y una de ellas era la medicina, basada en hierbas medicinales, que el cuerpo necesita para curarse. Por ello los olmecas en determinadas épocas del año salían a los bosques y selvas en busca de distintos tipos de plantas o “ramas”.

Con el paso de los años esta tradición se fue trasformando, y tiene características propias en cada región de Veracruz, por ejemplo, en Santiago Tuxtla se acostumbra poner a “La rama” mandarinas, velas, faroles, papel de china o cascabeles.

Y aunque en Xalapa se ve poco, la tradición indica que es como cuando los niños salen a pedir calaveritas, pero la realidad va mucho más allá, en realidad es salir en grupo, en conjunto, para compartir música y recibir comida.

Río Blanco

Valadez Hernández agrega que la tradición de pedir dinero con “La Rama” viene de las huelgas que a principios del siglo XX hubo en el municipio de Río Blanco, provocadas por los despidos de personal.

Los trabajadores al quedarse sin trabajo, sin salario y sin aguinaldo, pues no tenían para llevar de comer a sus familias, por lo que se juntaban, muchos eran músicos y entonces sacaban “La rama” para ayudarse y así celebrar la navidad.

Versada

La promotora cultural añade que la historia de “La Rama” va a la par con la del son jarocho, que tiene características propias en cada región, al igual sus versos, que cuentan pasajes de la historia de José y María, cuando van de casa en casa, uniéndose en este punto a la tradición de las posadas.

“En las posadas van de casa en casa y como tardaban mucho, va también la parranda para el que le gusta beber, y él que no ha comido porque se fue a la rama, come en cada casa”.

Rama feminista

Este año los promotores culturales Espacio Nómada, Son Jarocho Feminista y La Gozadera organizaron una rama que no solo contara los versos que indica la tradición, sino también que cantara lo que identifica y dignifica a la mujer dentro de los roles que se juegan en el fandango y en el mundo.

“En el fandango parece que las mujeres solo están ahí como maniquíes para verse bonitas, pero no, también hacemos verso, bailar es algo muy vital, es una música, la tarima acompaña y guía a las jaranas, con el requinto”.

Rama en comunidad

Valadez Hernández señala que la invitación es para que las familias salgan a las calles con “La rama”, no mandando nada más a un niño solo, sino en grupo o comunidad, “a lo mejor no les dan dinero sino puros dulces, pero es algo, el dinero es importante, pero más importante la colaboración y la comunidad, no es tanto adornarla, sino todo lo que conlleva”.

Expone que “La rama” va a vivir muchos años pero tendrá que ir cambiando sus versos, porque si los chicos ahora no lo cantan es porque no les representa nada, “es vital que superen la versada, que se adueñen”.

AVC

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