Quienes conocen al presidente Andrés Manuel López Obrador desde que encabezaba el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD, no se sorprendieron del “encuestazo” que acaba de dar su partido Morena a los aspirantes a la gubernatura de Coahuila.

Perredistas veracruzanos que coincidieron con él como dirigentes del partido del sol azteca recuerdan, por ejemplo, que en la sucesión municipal de 1997 dio instrucciones al encargado de realizar los sondeos de opinión en el CEN para que especialmente en el municipio de Xico resultara como el aspirante mejor posicionado en las preferencias electorales el profesor Juan Manuel González Gálvez, un luchador social muy estimado por él que fallecería seis años después, el 9 de julio de 2013.

En la sucesión de 2018 se la aplicó también a Ricardo Monreal, quien como alcalde de Cuauhtémoc estaba muy bien posicionado en las encuestas para la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México. Sin embargo, López Obrador decidió que la candidata de Morena sería la alcaldesa de Tlalpan, Claudia Sheinbaum, y le diseñaron una encuesta a modo.

“En 2017 aspiré a ser jefe de Gobierno, yo creo que gané la encuesta pero no gané la decisión de quien toma las decisiones”, acusó Monreal este jueves 8 de diciembre.

En esa ocasión, como dirigente de Morena, López Obrador maniobró para que fuera el Consejo Nacional del partido guinda el que determinara que Sheinbaum había ganado la encuesta, lo que provocó las quejas de Monreal.

Además del ahora líder del Senado, otro de los que aspiraban hace cuatro años al gobierno capitalino era el entonces senador Mario Delgado, actual dirigente nacional de Morena, quien paradójicamente este lunes le recetó el mismo “encuestazo” al subsecretario de Seguridad Pública federal, Ricardo Mejía Berdeja, quien visiblemente enojado por el resultado a favor del senador Armando Guadiana, anunció por las redes sociales a sus seguidores que va controvertir el proceso por desaseado, “vamos a hacer valer todas las herramientas políticas a nuestro alcance, y les pido que estemos de manera pacífica, responsable, movilizados, actuantes, compartiendo información”.

Mejía, relegado hasta el tercer lugar de los aspirantes encuestados, descalificó el proceso al considerar que es imposible que en la medición de Morena solamente lo conozca el 26 por ciento de la población, cuando las encuestas que él contrató lo ubican con un grado de conocimiento de 50 a 60%. Además, arremetió contra su correligionario y virtual candidato Guadiana, señalándolo de cohabitar con los “enemigos” priístas y panistas coahuilenses, cuestionando concretamente su compadrazgo con los hermanos Humberto y Rubén Moreira, ambos exgobernadores del PRI.

“Los que estamos de este lado somos los que defendemos a López Obrador y a la 4T”, afirmó Mejía Berdeja. Sin embargo, ayer se filtró un audio de su asesor jurídico Oscar Guardiola, quien además de despotricar con palabras altisonantes en contra del presidente afirmó que el proyecto político del subsecretario de Seguridad Pública federal seguirá y que disputarán la gubernatura de Coahuila por otro partido.

Al responder sobre la inconformidad de Mejía y sus seguidores, López Obrador desestimó ayer que este desencuentro vaya a generar un problema interno en Morena de cara a las elecciones a gobernador en 2023.

Inclusive advirtió a quienes tienen pensado dejar Morena por no haber conseguido alguna candidatura sobre los “peligros” del conservadurismo, lo que se interpretó también como un mensaje para el senador Monreal, que coquetea con la oposición para ser postulado a la Presidencia de la República si su partido lo rechaza.

“‘Como soy muy importante y como no me tomaron en cuenta pues me voy. Además me están tirando un lazo los del bloque conservador’. Yo les diría a los que podrían tomar, que serían muy pocos, ese camino que tengan cuidado, porque, ¿qué les pueden asegurar los del bloque conservador?”, comentó.

El presidente remarcó que la oposición está dominada por la “anarquía política” pues no cuentan con dirigentes ni un programa claro de propuestas. “No tienen lo principal: no tienen pueblo”, remarcó.

De ganar el año entrante las elecciones de gobernador en Coahuila y el Estado de México, ¿repetirá en 2024 el método del “encuestazo” en la sucesión presidencial y para la selección de candidatos en las nueve entidades que en ese mismo año renovarán gubernaturas, entre ellas la Ciudad de México y Veracruz, dos bastiones claves para el obradorismo?

Otro que desconfía de las mediciones de su partido es el canciller Marcelo Ebrard, quien este domingo propuso al líder nacional de Morena, Mario Delgado, definir reglas para garantizar competencia equitativa por la candidatura presidencial y realizar encuestas de una sola pregunta, es decir, que el resultado no quede sujeto a interpretaciones.

En escrito entregado a su dirigente, Ebrard expuso su conformidad con las encuestas, pero planteó que el proceso debe ser realizado y supervisado por empresas independientes y verificadas, con una sola pregunta y mediante el sistema de urnas simuladas.

Eso buscaría evitar criterios subjetivos en la decisión final de la postulación, uno de los temas cuestionados en el método de encuestas que realiza Morena.

Actualmente, esos sondeos morenistas consisten en una batería de preguntas que miden atributos como conocimiento (entre los ciudadanos), honestidad, cercanía con la gente, credibilidad, entre otros, y el o la abanderada resultante se define con base en una interpretación –de la propia dirigencia nacional vía su Comisión de Encuestas que, por cierto, está a cargo de la diputada federal Ivonne Cisneros Luján, exsíndica del Ayuntamiento de Xalapa– sobre la combinación de factores que pesan más para una elección.