Un equipo multidisciplinario e interinstitucional liderado por docentes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desarrolló un simulador quirúrgico híbrido, para el entrenamiento de personal de salud que participa en el proceso de donación de córneas. Se trata de un modelo físico para representar la anatomía de la cabeza, así como un ojo, detalló el investigador Sergio Teodoro Vite, para quien la innovación podría ser un parteaguas.
Profesor de la Facultad de Ingeniería, Vite relató que la innovación para practicar la técnica de procuración de tejido corneal se creó durante la pandemia cuando Karla Verdiguel Sotelo, académica de la Facultad de Medicina de la UNAM y entonces presidenta de la Asociación Mexicana de Bancos de Tejidos Oculares, le planteó la posibilidad de reactivar los programas de capacitación y donación de órganos y tejidos. “Había gran necesidad de contar con materiales de enseñanza basados en simulación”, destacó.
El prototipo, denominado Limbosim, fue ganador del segundo lugar del Premio Santander X México (2022) en la categoría Acelera, y permitiría lograr a corto plazo una capacitación nacional y masiva, y así tener más “córneas de mexicanos para mexicanos”.
El equipo desarrolló un modelo físico (tipo maniquí) para representar la anatomía de la cabeza humana, así como un ojo artificial con sus capas, incluida la más importante para este caso: la córnea. Luego de seis meses de trabajo se obtuvo el diseño en 3D. Se probaron distintos materiales para simular, incluso, la consistencia de la piel de los párpados.
Se cuenta también con otro modelo virtual del simulador; se trata de un software que utiliza realidad virtual y aumentada con el objetivo de tener más herramientas para practicar la técnica de procuración de tejido corneal, en caso de que no se tenga a mano el modelo físico, pero sí un celular o una computadora, expuso Teodoro Vite.
El IMSS, primero en usarlo
En la Unidad de Incubación de Base Tecnológica de la Coordinación de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la UNAM, Sistema InnovaUNAM, se incubó el proyecto empresarial de Sergio Teodoro Vite que dio lugar a Limbosim. El Instituto Mexicano del Seguro Social fue la primera institución que adoptó el simulador para impartir un curso de capacitación de manera permanente, denominado Código córnea.
Para el proyecto se invitó a colaborar como asesores a Ariana Cerón Apipilhuasco, directora del Centro de Simulación para la Excelencia Clínica y Quirúrgica del IMSS; a Efrén Huitrón Peralta, encargado del área de realidad virtual de esa instancia, así como a Juan Salvador Pérez Lomelí y Luis Miguel Vidal Flores, de la UNAM.
Verdiguel Sotelo refirió la necesidad que hay en México y en otras partes del mundo de tejido corneal, que encabeza la lista para trasplantes. “Sólo un paciente de cada 70 está en ella. Es imperioso obtener córneas y apoyar a esos pacientes”.
Con base en los datos más recientes, detalló, tenemos más de 4 mil personas en espera de un trasplante de forma ordinaria, pero también hay quienes, ante una urgencia, dependen del tejido para salvaguardar el globo ocular. “Hoy es un tema prioritario de salud. Se necesita no sólo capacitar a la gente, sino que esté distribuida en el país para que ante una donación positiva o aceptada por los familiares de una persona que muere, se concrete”.
Antes, los oftalmólogos eran los únicos capacitados para recuperar las córneas de donantes cadavéricos, pero en 2015 se generaron estrategias para incrementar la donación local, como la capacitación de técnicos, optometristas y biólogos.
La especialista precisó que anteriormente ese proceso se realizaba en el Instituto de Ciencias Forenses, pero con limitantes de tiempos y cadáveres, y en grupos reducidos. Sin embargo, no era suficiente para los programas de donación en el país.
Con este simulador “podríamos llegar a cada estado y de manera constante, como se requiere en la donación; alcanzaríamos a más alumnos en menos tiempo”, aseveró Karla Verdiguel.
Además, recalcó, con Limbosim hemos explorado la posibilidad de capacitar a cirujanos para que realicen trasplantes. Con algunas modificaciones al primer modelo, se estaría ampliando la capacidad del simulador; “ya estamos en eso”. Así se evitaría que el personal tenga que capacitarse en el extranjero, como ocurría hace años.
Hace 20 años, recordó la universitaria, hacíamos 10 o 15 trasplantes por año; hoy son 15 por semana. El crecimiento ha sido exponencial; sin embargo, somos un pequeño grupo los encargados de efectuarlos. “Hay hospitales que tienen ocho años en espera de beneficiar a un paciente; si este modelo se reproduce en los diferentes institutos y estados, será de gran beneficio para los pacientes”, que van de cero a más de 90 años.
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