Una nueva tecnología basada en el uso de satélite de órbita baja, podría ser la solución de una empresa que ya ha demostrado la efectividad para la transmisión de energía renovable de un punto a otro.

En un mundo en el que todo está conectado por cables, la mejor forma de llevar energía de un punto A a uno B, sigue siendo esta. Son baratos, fáciles de instalar y cumplen su función sin tener ningún tipo de interferencias debido a los obstáculos terrestres.

Sin embargo, hay lugares en los que los cables no son, para nada, una opción si quiera. Uno de estos ejemplos sería el transporte de la energía generada en el espacio gracias a los paneles que recogen energía solar, para enviarla a la Tierra. Solo existe una solución: la conexión inalámbrica.

Pues bien, tras varios años de intentos, la empresa neozelandesa Emrod, afirma poseer la tecnología necesaria para llevar este proceso a cabo. Hablamos de una matriz energética inalámbrica global que transmitiría instantáneamente energía renovable vía satélite entre dos puntos cualesquiera de la Tierra.

Esta ya ha conseguido transmitir energía a Airbus y a la ESA (Agencia Espacial Europea). Este equipo envió energía de un lado a otro de un almacén de Airbus para alimentar una maqueta, un electrolizador de hidrógeno y una nevera.

Cómo funciona este nuevo sistema inalámbrico de Emrod. Tesla fue primero

La solución de esta empresa se basa en el uso de satélites en órbita inferior, que, al ser mucho más pequeños que los que se estipularon en un inicio para llevar a cabo este proceso (satélites GEO a 36.000 km de distancia), se obtendría energía renovable las 24 horas del día, en cualquier lugar, a partir de activos que se nutren de la energía solar de bajo coste en la misma Tierra.

Sus antenas actúan como el cable que proporciona energía electica a sus clientes. Estas se ubicarían en aquellos lugares ventosos y soleados donde se pueda utilizar la energía renovable.

Aunque las pruebas se han realizado en cortas distancias (no más de 36 m), es capaz de hacer lo mismo en al menos 200 m al aire libre, y la empresa afirma que está preparada para su despliegue comercial en distancias mucho mayores.

«Con el sistema de Emrod, la distancia de transmisión inalámbrica en un caso de uso típico alcanza los 40 km, siempre que haya línea de visión entre la antena transmisora y la receptora. Esta distancia puede ampliarse con relés pasivos», explican.

Destacar un último aspecto y es que, el gran Nikola Tesla, ya en su momento estuvo considerando la energía inalámbrica mientras trabajaba en su circuito transformador «bobina de Tesla» que generaba energía eléctrica de corriente alterna.

Demostró que podía alimentar bombillas a más de 3 Km de distancia, aunque luego las cosas no salieron tan bien como se esperaba. Hablamos de 1899, así que casi que era de esperar.

Sin embargo, la nueva tecnología de Emrod espera tener sus primeros equipos de prueba en órbita dentro de tres años. Ahora toca enfrentarse a grandes problemas como son la confianza de que realmente esto puede llegar a ser posible y, por otro lado, la política mundial y las trabas que pueden interponer a esta nueva tecnología debido a sus intereses.

computerhoy.com

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