Dos episodios y dos declaraciones pintan de cuerpo entero la buena vibra del Presidente con el narco y el valemadrismo que tiene por la violencia que provoca. Omisión, tolerancia, impunidad, complicidad. ¿En qué etapa del narco estado estamos?

Hace ocho días, los orizabeños, orgullosos de su pueblo mágico, fueron apanicados protagonistas de horas de terror, angustia y zozobra, luego de un enfrentamiento entre policías, militares y delincuentes en céntricas calles de la ciudad, donde supuestamente le dieron piso a un pez gordo del narco. Los videos en internet, grabados por la propia gente que corría para protegerse, corrieron como pólvora.

Y mientras el gobernador veracruzano aleteaba como guajolote desnucado intentando explicar que todo estaba bajo control y que sólo esperaban que los facinerosos se entregaran (sic), la pluviosilla estaba hecha un caos: cierre de establecimientos comerciales, escuelas, oficinas en el primer cuadro de la ciudad y cerca del mercado Emiliano Zapata.

Pero para el huésped de palacio nacional no fue más que un tema de propaganda en redes sociales, montado por sus adversarios que sólo están viendo el prietito en el arroz. Y cito para que no hagan iris con la traducción: “… afortunadamente no fue tan grave; fue más un asunto de propaganda en redes, porque transmitieron en vivo y nuestros adversarios se dan gusto”.

“¡Pinches orizabeños exagerados!”, habrá pensando el presidente cuando le informaron de la balacera.

La segunda perla vino cuando informó en la mañanera, sin el menor pudor, que el estado de salud del narco Félix Gallardo, el jefe de jefes, lo convenció para darle prisión domiciliaria. Pero, ¿desde cuándo el Presidente decide quien tiene derecho a salir del bote y quien estar a la sombra? Así ha sido siempre; no tuvo más que actuar como cualquier priista del viejo régimen. Abrazos para el narco mayor y otra empinada al Poder Judicial.

Según el Peje, en un acto de humanidad, se tenía que prestar atención médica al mítico narcotraficante por su jodido estado de salud y para eso necesitaba de prisión domiciliaria, así que pa’fuera.

Chale con la misma cantaleta. Pero ¿por qué no mostró la misma “humanidad” con los más de tres mil niños que han muerto en los últimos cuatro años a causa de la falta de medicinas y tratamientos contra el cáncer? Ahí les va el dato: según la Secretaría de Salud, el cáncer es la principal causa de muerte por enfermedad entre niños y niñas de 5 y 14 años. Los niños con cáncer no votan, los narcos sí.

La militarización no es la solución.

Aunque López Obrador haya cambiado de opinión y ahora piense igual que Felipe Calderón respecto de que el Ejército es la solución al desmadre de inseguridad que se vie en el país, eso es falso. La militarización no es la solución, lo dicen la historia y los datos duros.

Mientras que la presencia del Ejército en las calles se duplicó en 15 años –del Gobierno de Felipe Calderón a la fecha-, los homicidios se dispararon en 240%. De 2006 a 2021, la presencia de soldados en tareas de seguridad pública pasó de 37 mil 253 a 90 mil 023 (14165% más). Aunque ese despliegue se hizo argumentando el objetivo de bajar la violencia, los homicidios pasaron de 10 mil 452 en 2006 a 35 mil 625 en 2021.

Para Alejandro Hope, experto en seguridad y justicia, lo que demuestra el contraste entre ambos datos mencionados es que la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles no tiene ningún efecto disuasivo en la sociedad sobre el delito de homicidio, lo que se suma al hecho de que los elementos del Ejército y la Guardia Nacional no investigan los delitos.

En síntesis, la propuesta del PRI se mantener al Ejército en las calles hasta 2028 no es más que la franquicia de impunidad que busca adquirir Alejandro Moreno. La ecuación es muy sencilla: nunca ha habido tantos soldados en las calles, nunca ha habido tanta violencia como hoy. 

¡A Pepe se le calientan los huevos!

Pues resulta que Pepe Yunes no tiene los huevos tibios como muchos lo acusan. En contra de su partido y de su bancada se lanzó al ruedo y votó en contra de mandar a la Guardia Nacional como un apéndice más del Ejército. El peroteño no sólo tomó distancia de “Alito” sino que su decisión cayó muy bien en el ánimo de panistas y perredistas.

Falta mucho para el 2024. La decisión de Pepe ha sido aplaudida pero no le dará combustible suficiente para llegar a la sucesión de Gobernador. Por lo pronto, mucho servirá para sacudirse el apodo endilgado y difundido por sus malquerientes.

Cuitláhuac tampoco es rescatista

Los jarochos aún recuerdan como hace algunos años, con las brasas humeantes por el incendio en el mercado Hidalgo, el gobernador Miguel Alemán justificó su ausencia en el lugar de la tragedia diciendo que “yo no soy bombero”. Años después, al inicio de su bienio, Miguel Ángel Yunes respondió “yo no soy enfermera, voy a ser Gobernador de Veracruz”, cuestionado sobre si habría una operación cicatriz.

Bueno, pues parece que el buen Cuícaras García tampoco es rescatista. Tal vez por eso, en medio del desmadre que provocaron las lluvias estos días –el colapso de la costera del Golfo, la inundación en Alvarado, el desbordamiento del río Cotaxtla-, no se asomó por ninguna de las zonas afectadas.

Las razones pueden ser varias: el bato se tomó el fin de semana luego de las fiestas patrias, no tiene un varo para atender a los cientos de familias que fueron afectadas o simplemente le vale madres, porque lo importante era lanzarse a la capirucha al Consejo Nacional de Morena para reelegir a Michelangelo y Donatella como sus dirigentes.

Y como desaparecieron el Fonden, pues a ver de dónde sale para atender a los damnificados, que suelen ser siempre los más jodidos.

La ratonera

  1. ¿Cuántos países en el mundo han entregado la seguridad pública al Ejército? No muchos: Arabia Saudita, Nicaragua, Irán y Birmania.
  2. La propuesta de Paz de López Obrador en Ucrania suena igual que cuando Vicente Fox ofreció mediar en el conflicto entre Israel y Palestina. No pueden arreglar el desmadre en casa y quieren meter orden al otro lado del mundo. La ignorancia es osada, ya se lo dijeron.