Durante los trabajos de construcción de una carretera que une la ciudad de Oradea, en el condado rumano de Bihor, con la autopista A3, un equipo de arqueólogos encontró numerosos yacimientos llenos de misterios. 3 de ellos pertenecen al periodo Neolítico, 2 a la Edad del Bronce, otros 2 al periodo romano y 2 más de la Edad Media.

Entre todos ellos, una tumba llamó poderosamente la atención de los investigadores: los restos pertenecían a una mujer de la cultura de Tiszapolgár, que pobló la Gran Llanura Húngara entre los años 4.500 y 4.000 a.C.

Con numerosos yacimientos en Crișana, Transilvania, la parte oriental de Eslovaquia y el Oblast ucraniano de Zakarpattia, las informaciones sobre la cultura de Tiszapolgár son escasas y su modo de vida se conoce principalmente gracias a las tumbas dispersas por esta región centroeuropea, lo que recalca aún más si cabe la importancia de este descubrimiento.

Un hallazgo sorprendente

En una nota de prensa del museo Tarii Crisurilor de Oradea, en Rumanía, los arqueólogos detallan sus apreciaciones sobre el descubrimiento de la tumba de lo que parece ser una mujer de clase alta, pues fue encontrada sin armas, una característica definitoria de los enterramientos de los hombres de Tiszapolgár.

El modo de vida de la cultura neolítica de Tiszapolgár se conoce principalmente gracias a las tumbas dispersas a través del centro de Europa.

Sin embargo, lo que disipó las dudas sobre su estatus social fue su ajuar funerario: la mujer estaba enterrada con 169 anillos de oro que adornaban su pelo, un brazalete en espiral hecho a base de cobre, además de dos rosarios dorados y otros 800 pequeños rosarios fabricados a base de hueso.

En base a los estudios preliminares de la dentadura y la estatura de los restos encontrados todo parece indicar que la mujer enterrada perteneció a la clase alta de estacultura centroeuropea perteneciente al Neolítico. Las muestras han sido enviadas a laboratorios en Rumanía y Países Bajos para obtener dataciones más precisas a través del análisis con carbono-14, además de su ADN y otros estudios antropológicos.

Dentro del marco de este proyecto que se llevó a cabo entre marzo y junio de este año, el equipo también encontró restos de dos viviendas cercanas a la localidad de Sântandrei (Rumanía) que contenían cerámicas pertenecientes al periodo comprendido entre el siglo 2 a.C. y el 2 d.C. El grupo de arqueólogos también identificó otro asentamiento sármata en las inmediaciones de Bijaria, además de un esqueleto femenino enterrado con numerosas joyas en la necrópolis del asentamiento.

nationalgeographic.com.es

Conéctate con Formato7:

TEXTO Y CONTEXTO | A la buena entendedora… no alcanza para 500 millones