«La música es universal, yo puedo escuchar a Rigo Tovar como puedo escuchar a George Benson o a Miles Davis, pero trato de ser selectivo y no contaminarme de música que no me sirve para nada, ya no hablemos de estilos que ahora están muy de moda que no tiene caso ni mencionarlos, pero sí tiene uno que ir navegando en busca del concepto personal, no de Nicho ni de Omar ni de Agustín, sino tratar de darle identidad a lo que uno hace y creo que eso ha sido muy importante para lo que ahora tengo consolidado con este proyecto al que le puse como nombre Esencia» me dijo Fito Haro en esta parte final de la conversación en la que detalla el contenido del disco.

 

Congruencia y persistencia

Esencia es el reflejo de lo que yo soy y se plasma en las canciones, cualquiera que las escuche puede decir esta persona es así y asá, y puede entender si soy soberbio o sencillo, pero como te mencionaba al principio, venimos de una familia con una educación noble, no altiva ni sobrepasada. Mi padre fue empresario de un negocio que él construyó y trató de darnos esa educación en la medida de lo que se podía y yo creo que todo eso se refleja en el disco Esencia, le puse ese nombre porque el material contiene todas esas vertientes que te fui platicando, cómo se fueron dando desde el inicio hasta ahora. Se ha dado porque soy una persona transparente, sin ninguna barrera; tú puedes entender a una persona enseguida cuando la conoces, puedes decir ese cuate es tranquilo —es la palabra más simple que puedes utilizar—, es una persona que se comunica normal, no produce en las personas ningún avasallamiento, ninguna invasión; mi vida siempre ha sido cuidadosa con las personas, he tratado de no tener roces con los músicos, que somos muy difíciles todos todos, tenemos nuestro ego y es muy difícil, sin embargo he mantenido la distancia, he tratado a las personas con pinzas y me ha tocado tratar con personas que, en este proyecto, se manifestaron, eso es lo importante.

Quiero platicarte, una por una, las canciones del disco:

Por la vereda

Por la vereda, la primera canción del disco, es un tema que le hago a mi pueblo, un lugar con casas de teja, con corredores anchos con arcos, casas de tierra techadas con paja. Se llama Jáltipan, viene del náhuatl xalli-pan y quiere decir lugar de arena porque hay una arena blanca como el azúcar que se llama sílica y van industrias de varios lados para sacar esa arena y mandarla para hacer cristales, en todo esto que ves aquí (señala las vidrieras de Cauz), está Jáltipan.

Hay un barro profundo que se comía la gente ancestral, los Olmecas, son unas bolitas que ponían en los fogones para que se impregnara de la carne que ponían ahumar y comérselas; esas bolitas se llaman chogostas y a nosotros nos dicen chogosteros y dicen ¿cómo es que comen tierra los de Jáltipan?, pero ese barro contiene minerales que necesita el cuerpo.

Ocupo todos esos ingredientes para hacer este tema. Es un son estilizado con una armonía profunda. Es un tema poético, dice:

Yo no soy de mar, soy de tierra adentro
donde brota el agua, donde azota el viento ,
de un pueblo con sal, con dunas de arena,
casas de pajar, grandes corredores, tierra y barro

Y hablo con la perspectiva de los años cincuenta, en retrospectiva; yo no viví esa época pero veo muchas fotos y la gente me platica cómo era el pueblo, había una estación de tren a la que llegó Porfirio Díaz; en una noche de locura tocó la orquesta de Pepe Arévalo en una fiesta de los Carrión, que eran los adinerados del pueblo; las mujeres usaban un refajo y andaban con el torso desnudo, pero no se veía con morbo, era natural. En esa canción hablo de la mujer como tema central, un personaje muy fuerte que era el núcleo principal de una familia porque era la que se quedaba en casa mientras los hombres se iban a la zafra o a la parcela.

 

No hay tiempo que perder

A Abraham Calderón, el bajista, le dije vamos a hacer un tema que se llama No hay tiempo que perder, pero vamos a hacerlo en funk. Es una canción que habla de lugares como este (Cauz), a los que a veces viene uno solo, se sienta y de repente ve una mirada y le interesa esa persona y luego tiene sentimientos que no puede descubrir porque no la aborda, se queda en su lugar; cuando termina lo que está consumiendo, paga y se va, y esta canción habla justamente de perder el miedo de conocer a alguien, acercarse y preguntarle si la puede acompañar nada más para conversar, pero eso crece y se vuelve una historia única y muy íntima.

 

Alas rotas

Alas rotas es una canción de las primeras que hice, debe ser como del 2003, y en este disco la uno a otra canción que se llama Un frío recuerdo, pero se le queda Alas rotas para no extender el título. Esta es la canción en la que Nicho Hinojosa hace el feat, entonces queda a dos voces. Es una balada que habla del desamor, curiosamente esos son los temas que más cobija la gente, que más adopta, yo creo que porque cuando uno tiene amor no pasa nada porque está contento, pero cuando no lo tiene es cuando está más sensible, y cuando se escuchan esos temas, se sufre; de hecho, siempre que voy a presentarla en público digo voy a cantar Alas rotas, es una canción muy lastimosa, si hay alguien aquí que no anda bien con el amor, que levante la mano y yo paro la canción sin ningún problema, y la gente se ríe, es parte del show de las «chusquedades» de la vida, como decía mi papá (risas).

 

Luz de luna

Luz de luna, el cuarto tema del disco, se lo compuse a mi hija Andrea Sofía. Es una historia fuerte porque mi esposa estaba con preeclampsia, que es como un pequeño infarto que tienen tanto la madre como el feto, entonces las dos tenían taquicardia y fue un momento angustioso. Un amigo mío, doctor Fernández, me dijo no te preocupes, Fito, voy a hablarle a una doctora buenísima, pero hay que hacer una operación urgente, te va a costar tanto; yo sufría por lo que estaba pasando, pero también por el dinero, decía cómo le voy a hacer, pero no me importaba, yo dije: como decía Pancho Villa, mátalo y ya luego averiguamos (risas). Pues va, dije, y ya veré cómo le hago cuando haya pasado todo.

Valió la pena todo cuando la vi en el cunero haciendo gestos, llorando, riendo, y me decía el doctor ya vete a descansar, y yo decía no, cómo voy a descansar si es mi chance de estar aquí, y ahí me pasaba horas viéndola y le compuse Luz de luna. Cuando era niña, a mi hija Andrea le gustaba más Pin Pon es un muñeco (risas), cuando se la cantaba me decía es que no me gusta esa canción, pero ya cuando se tenía quince años se sentía orgullosa con sus amigas, les decía mi papá me hizo una canción que se llama Luz de luna, empezaba a sentirse mujer. A los dieciocho, cuando iba a una presentación me decía ¿me las vas a dedicar? y yo le decía claro. Esa canción es un homenaje a la niña de mis ojos.

Invité a Ramón Gutiérrez a que me acompañara esa canción porque yo digo que es el mejor requinto de Veracruz, sin duda es un músico que se ha documentado bien del son y le puesto su sello característico al requinto.

 

Finges

Finges es un swing jazz, es uno de los temas en los que me acompañaron Hugo Díaz en la guitarra, Abraham Calderón en el bajo eléctrico y Ximena Huerta en la batería y el cajón flamenco.

Cuando la escuchó, mi hermana Guadalupe me dijo esa canción es narcisista por la manera en la que hablas, pero le expliqué que en esa canción estoy diciendo lo que me gustaría escuchar de la persona que me gusta, es como un espejo que refleja lo que quiero que me diga: me gustas mucho y sé que te mueres por mí.

 

Para confesarse

En el sexto tema digo que para confesarse no es necesario ir con un cura, puedes hacerlo con tu mejor amigo, con tu mejor amiga, con tu madre, con la gente cercana. Puedes invitar a esa persona a un viaje, por ejemplo, a la montaña y en el camino conversar y, ¿por qué no?, en la montaña decirnos nuestras cosas pero como una amistad profunda. Ese tema se llama justo así, Para confesarse, es una canción totalmente beatlesca, me imagino a George Harrison tocando la guitarra con ese arreglo.

 

Marina

Marina es el tema en el que me hizo el favor de tocar el piano Omar Guzmán. Es piano y voz, y rompe con toda la inercia del disco porque de repente oyes un piano Steinway, que es muy potente. Al principio, Omar me hizo un arreglo tipo sinfónico que, a decir verdad, era demasiado cargado de música y le dije no, quiero solo piano con voz, si me vas a hacer el favor, que sea completo. Me dijo ok, mándame la canción con tu armonía, no voy a alterar nada, la voy a tocar a mi estilo pero el arreglo va a ser tuyo.

Es una metáfora del amor con el mar, en la Península (de Yucatán) hay unos mares excepcionales, preciosos; un día llegué como a las cinco de la mañana a un lugar que se llama Celestún y amanecí ahí y dije el mar es como la parte erótica, esas olas evocan la caricia de alguien:

Cuando siente que se aleja
repite la caricia con la misma perfección,
se levanta, se arquea, se deja caer
y un murmullo que se escapa
le rinde culto a la sal y a la arena;
Marina, Marina.

Es una canción muy etérea, no es balada, no sé qué género sea pero es muy particular, la manejo con unas armonías de novenas, más abiertas, y unas sextas, y eso expande el texto, lo cobija muy bien. Yo creo que la armonía confunde a mucha gente, como que la engaña; me dicen oye, Fito, qué bien cantas, y no, es lo que hay atrás, lo que me va cobijando.

 

Suéltate corazón

Suéltate corazón es una propuesta para la gente prejuiciosa, yo siempre inicio esa canción diciendo: para los amores amarrados que no sueltan prenda, los amores prejuiciosos, escondidos detrás de un closet. Dejarte llevar por alguien que te apoya, te cobija, te guía, realmente vale la pena, pero cuántos amores no se han perdido solamente por prejuicios, por eso digo en la canción:

Suéltate corazón, no tengas miedo,
yo te guiaré, te llevaré;
si nos caemos hay que aprender
y si nos perdemos, yo sé volver, yo sé volver.

 

Tras la tormenta

Tras la tormenta es la canción con la que cierro el disco, se la hice a mi hermano Juan, él vivió mucho tiempo en Francia; cuando se fue no tomaba pero allá es más fácil tomar vino que agua y cuando regresó venía con un alcoholismo muy avanzado y también fumaba mucho, mi papá murió del mismo, mal de un enfisema pulmonar. Estaba muy degradado y cuando nos enteramos de que estaba mal le dije a David ¿qué podemos hacer?, y me dijo lleva un tratamiento, no podemos hacer nada más. Le hice una canción que le cantaba cuando estaba enfermo; la incluyo en el disco pero pocas veces la canto, dice:

Nunca es tarde mientras el sol pueda salir de nuevo,
sal y enfrenta el mundo como lo hace un guerrero,
derribando cualquier problema fiero.
Nunca es tarde mientras la luna venga cobijarte,
mueve cualquier montaña como lo hace el deseo,
verás cómo la gloria gira al cielo al cielo

Es como una voz de esperanza con una música etérea, se me hace muy Bob Dylan.

Cada quien grabó en su ciudad, antes eso era muy difícil, Los Beatles grababan en su estudio en Londres y Billy Preston hacía el piano en Estados Unidos, nosotros nos enteramos como mil años después porque era algo extraordinario, pero ahora es muy fácil y muy común. Así se hizo este disco, Esencia.

 

* * *

La próxima presentación de Esencia será el domingo 14 de agosto a las 18:00 horas en Jazzatlán, Cholula, Puebla.

 

 

PRIMERA PARTE: Donde brota el agua, donde azota el viento
SEGUNDA PARTE: Edificando un mundo nuevo

 

 

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